Costa de La Orotava (Tenerife)

domingo, 14 de junio de 2009

La desaparición de playas en el sur de Valencia amenaza al sector turístico

(Publicado en: http://jonkepa.wordpress.com/2009/02/16/la-desaparicion-de-playas-en-el-sur-de-valencia-amenaza-al-sector-turistico/)

Según información publicada en 20minutos:

-Un estudio de la Politécnica alerta de la pérdida masiva de arena.
-Se debe a la construcción y la sequía de los últimos años.
-Costas medita el derribo de paseos marítimos como última opción.

     Las playas de la Comunitat Valenciana corren serio peligro de desaparición si no se actúa pronto. Los incendios, la sequía, la construcción en primera línea de costa y la ampliación de los puertos están dejando sin arena el litoral valenciano. La voz de alerta la ha dado el catedrático de Puertos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) José Serra, que ha elaborado un informe sobre la situación de 10 municipios del sur de la provincia de Valencia.

     Se trata de la franja comprendida entre Cullera y Oliva. El trabajo se ha presentado a los alcaldes de estas localidades y la pelota está ahora en el tejado de la Dirección General de Costas. “Puede que muchos municipios pierdan la industria turística, de la que viven en estos momentos”, explica el autor.

     La solución más inmediata consiste en aportes de áridos para afrontar la temporada de Semana Santa y verano. Pero el Ministerio de Medio Ambiente ha encontrado un gran banco de arena de dos millones de metros cúbicos que va a trasvasar a la zona. “Es de gran calidad y solucionará el problema en dos o tres años”, señala el alcalde de Piles, Vicent Ciscar.

     El informe contempla como última opción el derribo de tramos de los paseos marítimos de Bellreguard y Piles, algo “inviable”, según el primer edil.

Cuatro preguntas sobre… El desgaste del litoral

1. ¿Por qué pierden arena las playas?

Los temporales se la llevan mar adentro en invierno. El problema es que los ríos no aportan sedimentos por los incendios, la sequía y la sobreexplotación de acuíferos. Además, las obras portuarias y de defensa y la urbanización del litoral, que destruye las dunas, llevan desde los años sesenta erosionando las playas.

2. ¿Dónde se da este fenómeno?

En toda la costa de la Comunitat, aunque en mayor medida en Cullera, Tavernes de la Valldigna, Xeraco, Gandia, Bellreguard, Piles y Oliva. Las de la Malvarrosa y Las Arenas también se están viendo afectadas.

3. ¿Cuál es la solución? 

Todos los años se llevan a cabo planes de alimentación (obtener arena del fondo del mar) o trasvases (llevarla de una playa a otra).

4. ¿Cuál es la anchura idónea de una playa?

Lo normal es que oscile entre los 45 y 55 metros de anchura. Es importante que conserven las dunas, ya que las zonas costeras que cuentan con este elemento natural no desaparecen.

Hasta aquí la noticia tal como la cuentan en 20 minutos pero la cosa no es tan simple, veamos:

     ¿Por que pierden arena las playas Mediterráneas? Los ríos son los principales suministradores de sedimentos, pero en el último siglo se han construido muchos embalses para abastecimiento agrícola o con fines energéticos. Los sedimentos llegan hoy al mar en mucha menor cantidad porque quedan retenidos en los embalses y, también, por que la construcción extrae arenas y gravas de los lechos de los ríos. Esto se traduce en el retroceso de los deltas (como el espectacular del delta del Nilo y el incipiente del delta del Ebro), el descarnamiento de las playas y, así mismo, el empobrecimiento en nutrientes de las aguas costeras (con efectos negativos para algunas pesquerías, como la de la sardina).

     La reducción de los aportes sedimentarios naturales al litoral mediterráneo ha descarnado muchas playas. La utilización de potentes dragas suctoras, que extraen arenas de fondos relativamente profundos y alejados y las depositan en el litoral, es una solución efectiva sólo a corto plazo y supone un fuerte impacto sobre los poblamientos infralitorales, en especial la pradera de Posidonea Oceánica y los fondos de bivalvos comerciales. La estabilidad de la nueva playa suele ser reducida, y su vida corta

     Dos tipos de actuaciones de la industria turística sobre el litoral tienen, además, el contrasentido adicional de que generan unos costes económicos a fondo perdido: la construcción desmedida de puertos deportivos y la "regeneración" de playas. Amén del efecto directo de la construcción de un puerto deportivo sobre las comunidades biológicas locales, existen efectos indirectos. Las corrientes litorales, responsables del equilibrio dinámico de los sedimentos costeros, suelen ser desviadas con espigones o escolleras. Muy a menudo, el puerto se colmata de sedimentos (y entonces hay que dragarlo periódicamente); las playas inmediatas se vacían de arena (y entonces hay que "regenerarlas"), y las comunidades marinas de la zona, en especial de pradera P. oceánica acaban arrasadas.

     La extracción de arena y la remoción de unos fondos marinos normalmente ricos en fauna y flora pueden compararse a lo que ocurre en tierra cuando se labra un campo o se desbroza un bosque. Dos consecuencias marginales, no directamente ecológicas, derivan de esta "regeneración" de playas. Las arenas se las lleva el mar durante el primer temporal de otoño. Pero antes, estas arenas se han enfangado (su granulometría, su disposición y pendiente sobre la playa no son las naturales, y el drenaje es defectuoso), han desprendido olores nauseabundos (por la putrefacción de la materia orgánica y de los organismos que allí vivían) y han favorecido el crecimiento de algas oportunistas, inocuas pero pegajosas (que proliferan gracias a la abundancia temporal de nutrientes). Las medidas destinadas a mejorar la playa la convierten, ya en la misma temporada estival, en un lugar que el turista evita; a medio plazo, tales actuaciones resultan inútiles. Los millones invertidos se los traga, literalmente, el mar. 

(Texto extraído del sitio web: http://www.tinet.org/mediterranea/html/castella/ecologia/ecolprof.htm)

      Ejemplos de playas perdidas por construcción de instalaciones naúticas
PLAYA DE RIHUETE – PUERTO DE MAZARRÓN (MURCIA)
PLAYA LISSA – PUERTO DE SANTA POLA (ALICANTE)
PLAYA DE RIBES ROGES – PUERTO DE VILANOVA Y LA GELTRÚ (BARCELONA)
PLAYA DE SAN ANT. DE CALONGE – PUERTO DE PALAMOS (GIRONA)
PLAYA DE CARIÑO – PUERTO DE FERROL (EN CONSTRUCCIÓN) FERROL

El papel de las administraciones. La opinión de Greenpeace


     Los proyectos de ampliación de puertos comerciales se están multiplicado y los nuevos puertos deportivos florecen por toda la costa. Cataluña y Baleares son las dos únicas Comunidades Autónomas de las diez con litoral presentes en el Estado Español, que han decretado una moratoria sobre la construcción de nuevos puertos deportivos. En el resto, este tipo de infraestructuras turísticas se ha convertido en lo que podríamos llamar una “plaga”, si atendemos a sus efectos dañinos que causan en el litoral.

     Greenpeace lleva 10 años demandando una moratoria a la construcción de nuevos puertos deportivos. Pero no parecen soplar vientos que empujen nuestra propuesta, desde el Ministerio de Medio Ambiente se publicita en la prensa que “[el propio Ministerio] no va a ser un obstáculo para que la construcción de nuevos puertos se lleve a buen término”, señalando incluso que en algunas zonas del litoral, hay pocos.

     Debemos ser conscientes de los puertos deportivos, diques, espigones y demás obras en el litoral suponen la destrucción y alteración de éste, y que, por tanto, son incompatibles con su conservación. Situaciones como la de Catalunya, con un puerto cada 15 kilómetros, no son viables. Además, muchos de estos puertos incumplen la obligación de restituir y acondicionar las playas han dañado.

     Si tenemos en cuenta que la actividad del sistema portuario español aporta anualmente tan sólo el 1.1% del Producto Interior Bruto nacional, parece un poco desmedida la cantidad de dinero dedicada a ampliar los puertos. La regeneración de playas con aporte artificial de áridos es la solución más demandada desde las administraciones locales afectadas -y asustadas- ante la desaparición de una de sus principales fuentes de ingresos.
     Los temporales que tras el verano azotan el litoral español dan origen a una larga lista de peticiones al Ministerio de Medio Ambiente para “regenerar” artificialmente las playas. Éste, lejos de aplicar una solución real al problema, actúa como si se tratara de un generoso Rey Mago, llevando en este caso, arena. Tarea en la que se emplea el 60% del presupuesto de la Dirección General de Costas (unos 83 millones de euros), y que además ha costado una reprimenda de la Unión Europea por realizar extracciones de arena en yacimientos submarinos destruyendo especies de vegetación que gozan de la máxima categoría de protección a nivel europeo.

     Tampoco parece importar los daños causados a otras actividades, como la pesca artesanal, que según recientes estudios puede disminuir hasta un 60% tras la regeneración de una playa.

     Sería imposible realizar un listado completo de todas las playas regeneradas de forma artificial, ya que se reparten por todos los puntos del litoral. Esta información ha sido demandada por Greenpeace al Ministerio de Medio Ambiente, pero hasta la fecha, transcurrido un año desde nuestra petición, no ha habido ninguna respuesta.

     Esta situación insostenible, esconde otra realidad que no se nos muestra habitualmente, pero que es necesario conocer.

     La realidad de la regeneración de playas
1.- Su elevadísimo coste limita su aplicación. Un cálculo estima que el coste de regenerar un kilómetro lineal de playa es de 6 millones de euros (mil millones de pesetas).
2.- No existe arena suficiente para “regenerar” todas las playas según denuncian ya los expertos.
3.- En muchos casos la arena recibe un tratamiento químico que la desnaturaliza (p.ej. es blanqueada con sosa cáustica para adquirir el color claro demandado por los turistas).
4.- Supone la destrucción de hábitats naturales muy valiosos para la supervivencia de las playas.
5.- Las regeneraciones artificiales exigen un mantenimiento constante y nunca son duraderas en el tiempo (al tratarse de arena depositada artificialmente, no se fija a la playa, y el primer temporal se la vuelve a llevar).

Las SOLUCIONES REALES Y DURADERAS por las que aboga Greenpeace pasan por:

a.- Proteger las dunas, que constituyen los depósitos naturales de arena de las playas;
b.- Conservar la vegetación marina (como por ejemplo las praderas de Posidonia oceanica del Mediterráneo, una planta marina que “sujeta” la arena y amortigua el oleaje y la marea). Es igualmente importante no retirar las hojas de las algas y plantas que llegan en otoño e invierno a las playas y retienen la arena;
c.- No extraer arena de yacimientos submarinos ya que se destruyen hábitats fundamentales para la conservación del litoral;
d.- Establecer una moratoria en la construcción de nuevos puertos deportivos, que constituyen auténticas barreras físicas para la deposición de la arena;
e.- No construir en “primera línea de costa” ni sobre las dunas, ya que se estarán destruyendo los depósitos naturales de arena de las playas (lo que incluye a los paseos marítimos, que aprisionan la arena bajo el hormigón). 

     Pero las políticas actuales llevan un rumbo distinto, y tras la modificación de la Ley de Concesiones Públicas, se privatiza la regeneración artificial de playas y a cambio los concesionarios de estas obras adquieren derechos de explotación de los negocios playeros.

     La esperanza de Greenpeace, es que la política costera actual, que tan sólo ofrece efímeros resultados – que no soluciones – únicamente visibles a corto plazo, se transforme completamente y se enfoque hacia la conservación real y futura de todos los elementos que componen nuestras costas, buscando soluciones a los problemas y no echándoles arena encima para taparlos.

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