Es de destacar la mención hecha a la afección sobre la deriva litoral que surte de arena a las playas contiguas, y que según Greenpece, puede supone mermas en nada menos que 17 playas.
La lucha contra la destrucción de la infraestructura por parte de colectivos sociales y ecologistas
es larga. Las obras ya han comenzado y el puerto se extenderá sobre cinco kilómetros de la
costa mejor conservada del sur de Tenerife, al tiempo que se adentrará 1,5 kilómetros en el
mar, lo que provocará la destrucción de vastas praderas de sebadal, que son el lugar de desove
de toda la pesca de la zona. Se ganarán 1.500.000 m2 para lo que harán falta más de 21.000.000
m3 de material de cantera. Como ejemplo, cabe indicar que la protegida Montaña Roja de El
Médano, que también se verá afectada por las obras, tiene un volumen de unos 11.250.000 m3,
por lo que haría falta dos veces esta montaña para poder realizar el relleno. Las consecuencias
no solo se se verán en los fondos marinos, sino que afectará a unas 17 playas, las mejores
del litoral sur de Tenerife, cuyo aporte de arena se reducirá drásticamente lo que provocará su
desaparición, y junto a ella toda la industria turística asociada a estos lugares.
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