Costa de La Orotava (Tenerife)

martes, 12 de abril de 2011

Varios centros de investigación y del Consejo Insular de Aguas revelan restos de una ola gigante que puede estar asociada a la creación de Las Cañadas

Adjuntamos el artículo publicado en el periódico Diario de Avisos con fecha 12-4-2011.
Hace 150.000 o 180.000 años la isla de Tenerife sufrió un verdadero infierno. En menos de media hora se produjo un gran deslizamiento gravitacional que, con una gran probabilidad, fue el origen de Las Cañadas del Teide. Ese gran deslizamiento de masa rocosa generó que la antigua cámara magmática de ese edificio volcánico cambiara de presión en muy poco tiempo y que los gases y el material interior salieran de la misma formaran parte de una super explosión volcánica. Además, este evento se sumó a una gran ola que pudo tener entre 50 y 120 metros de altitud. Es decir, un tsunami, una erupción explosiva y un gran deslizamiento gravitacional arrasaron una Isla muy lejos de estar habitada todavía.

Esta es la principal hipótesis que baraja un grupo de investigadores que dirige Mercedes Ferrer, del Instituto Geológico Minero de España y en el que participa el geólogo y técnico del Consejo Insular de Aguas, Juan Jesús Coello. En este trabajo contribuyen científicos de las universidades Complutense de Madrid, de La Laguna y de Lisboa. Los investigadores han descubierto, avisados por Coello, restos del tsunami en unos ocho kilómetros de costa en la zona de  Teno. Llevan desde 2004 inmersos en varios estudios y ahora están a la espera de finalizar la datación de los restos encontrados para determinar si realmente la hipótesis que barajan es la acertada. 


El abuelo de Coello es Telesforo Bravo y fue quien propuso hace ya más de medio siglo la teoría del deslizamiento gravitacional como origen de Las Cañadas del Teide, lo que le valió una gran disputa científica durante años y que ahora está aceptada. En la actualidad, su nieto contribuye a dar explicación a algo que se conocía desde los años 80: la existencia de restos marinos fosilizados en Teno pero que no tenía explicación. 

Coello comenta: “la ola generada por ese deslizamiento subió entre 50 y 120 metros y se mezcló con el producto de la gran explosión magmática. Por ello, encontramos todo ese material junto”. 

La pregunta de si algo así se podría repetir en este momento tiene una respuesta clara: no. Las circunstancias de la Isla son mucho más estables que en ese momento y no se dan los condicionantes para que, a corto plazo, se pueda producir una catástrofe de ese tipo que “en ese momento, tuvo que arrasar la Isla”. En este sentido, se remarca que no “hay ninguna posibilidad a la escala del tiempo humano de que algo así se reporta aunque a la  escala del tiempo geológico, puede decirse que estos fenómenos son relativamente frecuentes” y que en “Canarias han ocurrido más de una docena en el último millón de años”.

Los restos del tsunami se habían descrito como yacimientos paleontológico en 1989 aunque se ignoraba su origen. En 2004, Coello contacta con los investigadores Luis González-Vallejo, de la Universidad Complutense de Madrid y con Mercedes Ferrer del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y comienzan esta nueva investigación pues ellos ya habían descrito restos de tsunami en las costas de Agaete en Gran Canaria. 

“La importancia científica de este hallazgo es que hay pocos depósitos de este tipo en el mundo y  los que hay -prácticamente sólo en Hawaii- están mal documentados”, afirma Coello. En este mismo sentido se explica Luis González Vallejo quien insiste en que “es la primera vez que se identifican los depósitos de un tsunami causado probablemente por el colapso del edificio volcánico de Las Cañadas, anterior al actual Teide, y el consiguiente deslizamiento” a lo que añade que la “importancia de este descubrimiento se extiende también a nivel internacional”.

Los investigadores explican que hay otros depósitos similares en otras islas como Gran Canaria y que “hasta ahora hemos descubierto que se trata de, al menos, tres episodios de distintos tsunamis”. Los investigadores remarcan que “en Canarias es muy difícil encontrar depósitos de tsunamis debido al predominio de las costas acantiladas y la ausencia de plataformas costeras sobre las que se pudieran depositar los materiales arrastrados por las olas” y añaden que con respecto a las “costas africanas, es posible que queden restos, de hecho nos hemos llegado a plantear una posible investigación, pero dependería sobre todo de las características y magnitud de los tsunamis”. 

De momento, los depósitos de Teno se encuentran conservados “ya que aparecen cubiertos por un potente nivel de suelos de alteración”. Pese a ello, los investigadores avisan de que es muy importante conservalos adecuadamente. 

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