Costa de La Orotava (Tenerife)

lunes, 2 de marzo de 2020

Interrupción de la circulación eólica de arena por urbanizaciones en el SE de Tenerife.

Montaña Pelada es un cono volcánico de tipo hidromagmático, situado en el término municipal de Granadilla de Abona, en el SE de Tenerife. El cono es de baja altura (100 metros en el borde occidental), y presenta una caldera amplia, de unos 800 metros de diámetro, fruto del contacto del magma con el mar, lo que generó una erupción de alta explosividad. Presenta una duna fósil en su frente, muy degradada por la acción humana y la erosión marina.

Al sur de la caldera se sitúa la Playa de La Pelada, de arena basáltica y una longitud máxima de unos 100 metros, orientada al Este. A partir de esta playa se extiende hacia el interior de la isla un extenso campo de dunas, de aproximadamente unos 48.000 m2 de superficie. 

Si bien la caldera volcánica y la duna fósil están incluidas en el espacio protegido de Monumento Natural de Montaña Pelada, el campo de dunas queda fuera del mismo, así como del deslinde marítimo-terrestre en su mayor parte (sólo el sector más próximo a la playa se incluye en el deslinde).

Este extenso campo de dunas presenta un movimiento continuo de la arena que proviene de la playa de La Pelada, la cual, empujada por los vientos alisios del NE, atraviesa una amplia franja de terreno, llegando a alimentar a la playa de La Jaquita, situada al SO, a unos 900 metros lineales. 

Sin embargo, esta extensión de terreno fue catalogada en su día como suelo urbanizable, desarrollándose en el mismo diversas urbanizaciones de tipo chalé (urbanizaciones Arenas del Mar y La Pelada), con un entramado de calles en distintas direcciones y una vía principal (Avenida Juan Carlos I) que discurre paralela a la línea de costa. 

La construcción de estas calles y edificaciones no ha impedido sin embargo que el transporte eólico de la arena se siga produciendo, dada la intensidad y constancia del viento. De hecho, en estas urbanizaciones el Ayuntamiento se ve obligado a realizar repetidas retiradas de arena que recubren las vías y mobiliario público, llegando incluso a impedir o dificultar el acceso a viviendas y garajes. La arena retirada es devuelta en parte al campo de dunas situado tras el muro que limita la avenida principal, y en parte es utilizada para mantener un volumen constante de arena en la playa La Jaquita.

Es decir, que el uso antrópico de la zona ha llegado al punto de copiar de manera artificial el transporte natural de la arena en el sentido ENE-SSO, toda vez que las edificaciones y vías construidas han dificultado el transporte natural. 

Arena acumulada junto al muro de la avenida Juan Carlos I

Mobiliario urbano semi cubierto por la arena

Arena ocupando parte de las aceras y vías de la urbanización. 

Arena acumulada junto a entradas de viviendas y garajes.

Vista parcial del campo de dunas desde la avenida Juan Carlos I.

Dirección del transporte eólico de la arena entre La Pelada y La Jaquita. 








viernes, 21 de febrero de 2020

CIRCULACIÓN DE ARENA EN LA PUNTA DE ABONA (ARICO - TENERIFE).




Introducción

La Punta de Abona, en la costa SE de la isla de Tenerife (Islas Canarias), es un saliente de forma irregular, de aproximadamente 1,2 Km2 de superficie, producto de la llegada al mar de distintas coladas y capas piroclásticas de sucesivos episodios volcánicos. 

Esta península presenta la singularidad de tener una playa orientada al NNE (Playa Grande), y otras playas orientadas al SSW (Playa de Abades o El Abrigo, Playa Cardones y Playa de Cueva de La Arena). 

La singularidad geomorfológica de esta península es que constituye un sistema en el que la arena procedente de la erosión marina, es arrastrada por los vientos dominantes, de componente NE o NNE (alisios), forma el estrán de la Playa Grande, un campo de dunas, y después de atravesar el interior de la península, nutre en parte a las playas de Abades (El Abrigo) y Cardones. 

La existencia de un pasillo topográfico, inexistencia de alturas significativas y construcciones artificiales que actúen de barrera, permiten que los granos de arena basáltica avancen por suspensión o saltación, recorriendo un trayecto lineal de aproximadamente unos 1,2 km entre la costa orientada al NE y la orientada al SW. 

Este fenómeno, del cual hay por ahora muy pocos estudios publicados, forma un sistema con un equilibrio fácil de romper, ya que si se edifica en el tramo central del recorrido, la arena puede quedar frenada en su avance y acumularse junto al obstáculo (edificaciones principalmente). 


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Tras haber realizado observaciones de campo durante los años 2012 a 2019 en la península de Punta de Abona, en el SE de la isla de Tenerife, en término municipal de Arico, se ha constatado la existencia de un campo de dunas de arena basáltica que ocupa una superficie aproximada de 64.000 m², relacionado con la dinámica de la arena aportada por una playa situada en el NE de dicha península, y que a su vez, nutre de arena a otras playas situadas al SO de la península de Punta de Abona.

La disposición de la arena conforma un campo alargado de dunas litorales de baja altura, dispuestas de forma perpendicular a la línea de costa. La formación arenosa cuenta tanto con dunas embrionarias (móviles) como con dunas fijadas parcialmente por vegetación, y se extiende a modo de pasillo entre el NE y el SO de la península de la Punta de Abona. La arena, procedente de la dinámica erosiva marina, llega al interior a través de la anteplaya, el estrán y la playa alta de Playa Grande, junto a la localidad de Punta de Abona, ascendiendo luego por una duna rampante por saltación o suspensión en el viento. Posteriormente, la arena atraviesa la carretera general El Porís-La Punta, de forma más notable junto a las últimas casas de la localidad de La Punta de Abona.

Tras cruzar esta vía, la arena conforma un campo extenso de dunas (tipo nebka), de unos 210 metros de anchura máxima y unos 380 metros de longitud máxima, que progresivamente va perdiendo anchura y volumen de arena, a medida que avanza hacia el interior de la isla, quedando el lecho de arena limitado a un pasillo topográfico en torno a la cota de los 25 metros y donde ha sido modificado por diversas obras artificiales en la segunda mitad del siglo XX (trazado de pistas, edificaciones y pequeños muros de piedra). La arena basáltica, diferenciada del material pumítico y traquítico de esta zona, aparece acumulada a los lados de varios caminos, en zonas deprimidas del terreno y en algunas partes de los cauces de barranquillos, volviendo a aumentar la superficie y el volumen que ocupa la arena en las inmediaciones de la Playa de El Abrigo (Abades) y Playa Los Cardones, a unos 1.100 metros de distancia lineal de Playa Grande.

El campo de dunas queda parcialmente limitado de forma artificial por el Camino de Los Abrigos, en su flanco oriental y por la Carretera General El Porís-La Punta, aunque en ambos casos la arena desborda estas vías en varios tramos, obligando a su retirada periódica por parte del servicio de mantenimiento de carreteras del Cabildo de Tenerife o por el personal del Ayuntamiento de Arico.

El campo de dunas está formado por una serie de dunas lineales, de planta ovalada, en algunos casos retenidas parcialmente por vegetación de porte arbustivo bajo (matorral de costa) y propias del piso litoral (las especies más abundantes son la lechuga de mar, el saladillo, el salado blanco, la barrilla, el corazoncillo de mar, la hierba camellera, la uva de mar, la simpreviva de mar, la lengua de pájaro y en menor porcentaje la aulaga, la tabaiba dulce o el panasco), y su disposición está acoplada a la dirección del viento dominante, que es de componente ENE y NE fundamentalmente .

Cuando decrece la densidad de ocupación de las especies de plantas propias del matorral de costa, el terreno pasa a ser ocupado por especies gramíneas; su presencia casi constante a lo largo del tramo interior del pasillo topográfico, especialmente en los laterales de los caminos y en las zonas más deprimidas del terreno, marcan la presencia de los lechos arenosos formados por el transporte eólico. Estas gramíneas vuelven a ser sustituidas en la vertiente SO próxima a las playas por especies halófilas como la lechuga de mar, la tabaiba dulce, el salado blanco o la barrilla.

Las dunas observadas tienen un porte no muy alto; según las mediciones efectuadas sobre el terreno, las más altas tienen aproximadamente unos 1,7 metros de altura, siendo la altura comprendida entre los 0,8 y los 1,2 metros la más frecuente en el muestreo realizado en el sector central del campo de dunas. Su planta suele ser ovalada, con la parte de mayor pendiente enfrentada a la dirección del viento dominante y la de menor pendiente a favor de dicho viento. Estas dunas se disponen próximas en el terreno, separadas por sectores de menor altura (depresiones interdunares) en los que se distinguen ripples marks que demuestran que al arena sigue desplazándose entre las dunas a pesar de que una parte de las dunas tenga un sector fijado alrededor de vegetación de tipo arbustivo de porte bajo.

El hecho de que esta parte del término municipal de Arico no haya sufrido un proceso urbanizador importante durante el siglo XX, junto a la existencia de una topografía llana hacia el interior de la península (la cota máxima por la que circula la arena es de 26 metros), limitada a ambos lados por pequeñas elevaciones del terreno y por cauces de barrancos, han permitido que el flujo de arena se mantenga constante y bien delimitado, alimentando así tanto el campo de dunas como las playas del SO antes indicadas.

Se ha podido comprobar durante estos años que la dinámica de la arena forma acumulaciones junto a varias de las viviendas situadas en la calle Buen Viaje (Carretera General El Porís-La Punta) y supera la cota de los 25 metros junto a las edificaciones del antiguo sanatorio de El Porís. La baja altura y la disposición de los edificios de esta instalación permiten que la arena pase a través del pasillo topográfico y llegue a la zona del SO, donde forma nuevamente pequeños campos de dunas embrionarias y móviles cerca de las playas, y posteriormente permita la alimentación de arena al estrán de las playas de El Abrigo (o de Abades) y de Los Cardones, quedando la Playa de Cueva de la Arena más limitada en el suministro de arena al encontrarse situada hacia el SE.

El desplazamiento y alcance de la arena a las playas del SO se realiza de forma diferenciada entre la Playa de Los Abrigos, donde lo hace remontando una pequeña pendiente previa y alcanzando la playa a través de un terraplén a lo largo de una franja de unos 100 metros de anchura, y la Playa de Los Cardones, a la cual accede a través del cauce de un pequeño barranquillo y posteriormente difundiéndose por un terraplén de unos 80 metros de anchura.

Durante las inspecciones sobre el terreno se ha podido constatar cómo la arena cruza caminos y algunos cauces de barranquillos en el tramo central del recorrido; el hecho de que no se asiente un volumen mayor de arena en la parte central y de mayor altura de la península de Punta de Abona parece obedecer a varios factores, como la disminución de la densidad de la vegetación que la puede retener, la existencia de varias pistas de tierra abiertas en esta zona, que actúan a modo de interrupciones o a la generación de un encauzamiento natural del flujo del aire que acelera el mismo, evitando la deposición de las fracciones más finas. En esta zona central la arena circula por saltación y suspensión a escasa altura del suelo y tras atravesar el pasillo dejado por las edificaciones del antiguo complejo sanitario, llegan a la vertiente SO de la península de Punta de Abona, donde alimenta las playas de Cardones y El Abrigo, las cuales se alinean en la dirección dominante del viento. La Playa de Cueva de La Arena queda un tanto aislada de esa alineación y por ese motivo, presenta un menor contenido de arena y no posee dunas rampantes o campos de dunas asociados.


Datos de viento, oleaje y topografía.

Vientos.-

La consulta de los datos de la AEMET correspondientes a la estación Tenerife Sur, en el período 1981-2018, reflejan una clara dirección dominante del E, ENE y NE, que superan el 60% del total en dicho período. Igualmente, por intensidad, es la misma componente NE, ENE y E la que predomina, con medias superiores a los 25,5 km/h, frente a una velocidad media anual de todas las direcciones de 22,1 Km/h en ese período y alcanzándose en la componente ENE velocidades medias superiores a los 30 Km/h.

Esta constancia en la dirección e intensidad del viento constituye un factor clave para permitir que la arena acceda desde la playa seca al interior de tierra, forme un campo de dunas por la interacción de la vegetación y, posteriormente permita incluso aportar sedimentos a las playas situadas en el SO de la península de Punta de Abona (playas de El Abrigo de Abades, El Cardón y en menor medida, de Cueva de La Arena).

La longitud y anchura de Playa Grande permiten la existencia de una amplia zona de suministro de arena seca que es movilizada por el flujo constante del aire en dirección al interior de la isla durante prácticamente todo el año, y que parece ser mayor durante los meses de verano, al aumentar la aridez y la velocidad media del viento. 



Precipitaciones.

Los datos tomados del Estudio de Precipitaciones Acumuladas, Estacionales y Anuales editado por el Museo de la Naturaleza (autor: Luis Manuel Santana Pérez) incluyen la costa de Arico en la isoyeta de precipitaciones superiores a 200 mm anuales para el período 2000 - 2010. Los datos de la estación de Llanos de San Juan, situada a una cota de 135 metros, en término municipal de Arico, reflejan en el mismo período una aridez extrema, con máximos de la media anual en 2006 y 2010, siempre por debajo de los 400 mm, existiendo años como 2003, 2009 y 2011 en los que la media anual fue incluso inferior a los 100 mm.

Esta aridez permanente implica escasas o nulas escorrentías que pudieran afectar a la arena, así como el estado seco de los granos de arena durante gran parte del año, lo que favorece su desplazamiento por el viento.

Topografía submarina.

La disposición del fondo marino, con una pendiente suave tanto en el sector de la vertiente Norte en el que se localiza Playa Grande (la cota de -20 m se alcanza a una distancia de 820 metros de la línea de ribera) como en el SO (donde la misma cota se alcanza a una distancia de 520 metros de la ribera marina frente a Playa El Abrigo), junto al mantenimiento de temperaturas medias por encima de los 20º C durante casi todo el año, favorecen la existencia de acumulaciones de arena seca y grano fino que pueden ser fácilmente transportadas por el viento entre una y otra vertiente de la Península de Abona. El grano medio de la arena permite sin embargo su deposición en las playas sumergidas sin ser arrastradas por la deriva litoral marina o las corrientes hacia otros puntos de la costa. El hecho de que tramos de costa inmediatos a estas playas presenten fondos no arenosos es indicativo del encauzamiento del flujo de la arena entre ambas vertientes.

Oleaje.-

La consulta de los datos del oleaje de la estación de Santa Cruz de Tenerife (Clima Marítimo- Puertos del Estado) refleja también el predominio de las direcciones NNE, NE y Ene (con un 63,8% del total), siendo la altura significante más frecuente la comprendida entre los 0 y los 1 metros (con un 73,78% del total), lo que refleja el dominio de un oleaje de poca altura, normalmente asociado al mar de viento (sea); también el período de pico, comprendido entre los 4 y 8 segundos (con un 56,78% del total) refleja el dominio del mar de viento sobre el mar de fondo. Por tanto, la existencia de un oleaje no excesivamente cargado de energía durante gran parte del año supone otro factor que permite que la arena ss estabilice en la pare alta de estas playas, en lugar de ser erosionadas y que pueda posteriormente ser movilizada por el viento.


Información geomorfológica complementaria a la observación de campo.-

       De la consulta a la fotografía histórica disponible en la base de datos de GRAFCAN (años 1965 a 2019), la consulta de diversa bibliografía específica, la propia tononimia de la zona (que denomina la zona central del recorrido como “Montaña de la Arena”), la orientación de antiguas estructuras agrícolas de protección contra el viento y la arena, así como la entrevista con personas residentes en la zona desde hace muchos años, se confirma que el tránsito de la arena entre el NE y SO de la península de Punta de Abona es un fenómeno que se ha producido de forma constante durante todo el siglo XX y no se trata de un fenómeno nuevo o de tipo puntual en el tiempo.

       Según la normativa urbanística vigente, el suelo ocupado por el campo de dunas está calificado en parte como suelo rústico de protección y en parte como suelo urbanizable, apto para urbanizar, de carácter turístico o residencial, quedando tan solo una pequeña parte al NO de la franja ocupada por el campo de dunas, calificado como suelo rústico de protección del paisaje.

     La posibilidad de que se construya en esta zona edificaciones con altura o disposición transversal al tránsito de la arena (del NE al SO), podría generar la interrupción de dicho flujo, una posible merma del volumen de arena en las playas del SO y una posible acumulación lateral y vertical en el actual campo de dunas. De hecho, la presencia de las edificaciones de la urbanización Los Abrigos de Abades, ha formado una barrera o límite artificial al desplazamiento de la arena hacia el Oeste; algo similar ocurrió durante la década de los años 1970, cuando las construcciones de tipo chabola existentes en la Playa de El Abrigo de Abades producían un efecto barrera y una merma en la anchura del estrán y la playa alta.

      En el Manual de Restauración de Dunas Costeras publicado por el Ministerio de Transición Ecológica, se reconoce el valor de los sistemas dunares: “Los sistemas dunares son ecosistemas terrestre extremadamente frágiles, ajustados en su formación, desarrollo y evolución a procesos naturales y fácilmente vulnerables frente a la acción humana, por ello las dunas costeras suponen un capital natural muy valioso que debe ser conservado. La desparación y alteración progresiva de las dunas costeras implica una pérdida no solo de un paisaje y los organismos que lo habitan, sino también de los bienes y servicios que los elementos de ese ecosistema suponen para el bienestar humano”.

      En otro apartado de este Manual, se indica que “Los sistemas dunares representan una parte importante de los recursos costeros y su conservación tiene implicaciones naturales y sociales que no se limitan únicamente al mantenimiento de paisajes o de especies vegetales o animales vulnerables. Algunas de estas implicaciones afectan a la dinámica de las playas y a su equilibrio. Dado que en la Naturaleza todos los elementos se encuentran conectados o ligados, no es de extrañar que la degradación de los ecosistemas dunares allá donde se ha producido, haya conducido también a la erosión de las playas.

     En el Manual de Dunas Costeras del Ministerio para la Transición Ecológica, en su capítulo 4, dedicado a los Usos e Impactos, se reconoce la importancia del impacto de la urbanización sobre los sistemas dunares: “La urbanización sobre sistemas dunares implica su destrucción completa, además de producir un aumento de la presión de uso en zonas adyacentes”. También indica el riesgo para estos sistema por parte de las actividades recreativas: “El principal efecto de la presión humana en el entorno dunar es el derivado del pisoteo indiscriminado al que se ve sometida la vegetación, derivado de la existencia de aparcamientos, carreteras o caminos en las inmediaciones que generan el paso de las personas a través del sistema dunar, aumentando su vulnerabilidad”.

     En un reciente Informe Técnico emitido por la Dirección General de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias, relativo a la “Evaluación ambiental estratégica ordinaria de la suspensión del planeamiento en Punta de Abona, en TM de Villa de Arico”, se indica que se ha detectado la presencia en el ámbito de estudio de al menos 24 especies terrestres protegidas en un ámbito de 25 cuadrículas de 500 por 500 metros, que pueden verse afectadas directa o indirectamente por el planeamiento urbanístico a desarrollar en la zona”.

      Hay que hacer mención especial de lo indicado en el apartado 3.3 de este informe, donde se indica que “Dentro del ámbito de estudio se localiza el único enclave conocido del hábitat 2120 – Dunas móviles de litoral o dunas blancas- en la Isla de Tenerife, representado por una comunidad nitro-psamófila que se desarrolla sobre suelos arenosos-pedregosos o arenosos-compactos de diversa profundidad, caracterizado por especies como el saladillo blanco, el corazoncillo o la uva de mar, entre otras. La pérdida o deterioro de este enclave es sumamente relevante dado que, según la información disponible, no existe en la Isla de Tenerife otro territorio que albergue las características edafológicas y biológicas que permiten el desarrollo de este hábitat de interés comunitario. Por lo que no solo se debe incluir en Suelo Rústico de Protección Natural como se ha estudiado en las diferentes propuestas, sino también se debe garantizar que no se modifica la dinámica de aporte de arenas que constituyen la base de este peculiar y frágil ecosistema”.


      En el apartado 4 de dicho Informe Técnico, dedicado a las alternativas de planeamiento planteadas, se indica que “La disposición de suelo urbanizable y rústico destinado a albergar infraestructuras y equipamiento tendría una afección considerable sobre los hábitats de interés comunitario, produciendo una interrupción de la dinámica eólica". Igualmente, concluye sobre la alternativa elegida por la Administración para el proceso urbanizador: “La alternativa elegida, si bien consigue incorporar elementos altamente sensibles desde el punto de vista ambiental en suelos de protección natural, sigue sin aportar soluciones a la problemática ambiental que genera el planeamiento previsto en Punta de Abona, y no aporta soluciones a la interrupción de la dinámica de la arena, que compromete el estado de conservación de los ecosistemas dunares protegidos presentes en la zona, así como las especies asociadas al mismo”.

Estudios previos publicados sobre el tema.-


      Por último, se debe hacer referencia a varios estudios publicados en distintas Universidades del Estado español donde se aborda la problemática de la conservación de sistemas dunares costeros, tanto a nivel general como referido al ámbito concreto del SE de Tenerife.

      El primero es el “Diseño de un programa de actuación ambiental integrada en el litoral de Arico, Tenerife, Islas Canarias, de Paula Sánchez Pérez (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), en cuyas conclusiones esta autora establece la importancia de tomar medidas de protección a la degradación del paisaje natural por los efectos de las rodaduras y el acceso masivo: “Es conveniente instalar vallados de protección lateral en pistas, la regulación de los accesos motorizados hacia las playas, la limitación y acotación de zonas de aparcamiento y acampada y la retirada de los numerosos vertidos de basuras y escombros esparcidos por la zona”. Se indica de forma especial el gran impacto que causan las numerosas pistas de tierra abiertas al tráfico rodado, “muchas de las cuales permiten a los usuarios del litoral estacionar a escasos metros de la orilla del mar, erosionando suelos de espacios con alto valor geológico, florístico o paisajístico”.

       En segundo lugar, el “Estudio de Dunas Marítimas y Continentales”, de Francisco Javier García (Universidad de Cádiz). En el mismo, el autor establece el carácter frágil de las formaciones dunares litorales y la necesidad de garantizar el suministro de sedimentos a las playas: “Las dunas litorales constituyen uno de los ecosistemas costeros más variados, formados por una amplia tipología de formas muy dinámicas que dan lugar a distintos tipos de hábitats de interés comunitario. Se asocian a costas bajas sedimentarias, formadas por playas arenosas que les sirven de fuente de sedimentos. El viento procedente del mar arrastra la arena desde la playa hacia el interior, donde es retenida por plantas pioneras que dan lugar a acúmulos arenosos embrionarios, que al crecer forman cordones dunares paralelos a la línea de costa, habitualmente cubiertos por vegetación especializada; la migración diferencial de estos cordones hacia el interior da lugar a depresiones intradunares, dunas móviles y dunas fijadas por vegetación”.

      Según este autor, “Los sistemas dunares constituyen ecosistemas complejos en los que se produce una continua interacción entre procesos abióticos (transporte de arena) y bióticos (colonización vegetal). Las recomendaciones que se aplican para la conservación de estos tipos de hábitat incluyen la preservación del volumen sedimentario (frenar la erosión costera, impedir extracciones de arena o acumular sedimento mediante captadores artificiales o restaurar la morfología original en su caso), y el mantenimiento de la naturalidad de las especies vegetales que los ocupan (replantar especies adecuadas para el desarrollo dunar). Estas medidas se combinan con otras que minimizan los posibles impactos antrópicos, como la restricción o limitación del paso, los accesos habilitados para impedir el pisoteo mediante pasarelas, paneles informativos o vigilancia”.

       Por último, el “Estudio Geomorfológico del Litoral del Porís de Abona”, de Silvia Cortés Carballo (Universidad de La Laguna), donde esta autora establece la importancia de las formaciones dunares litorales por su escaso porcentaje en la configuración natural de la costa de las Canarias Occidentales. En el apartado dedicado a las “formas eólicas”, esta autora incida (citando a otros autores/as) que “El desarrollo espacial de los campos de dunas es exiguo a escala regional ante la preponderancia de cantiles marinos y sucesión de salientes costeros que interrumpen la deriva litoral de sedimentos, a lo que se une el hecho de que las playas insulares son en un alto porcentaje playas pequeñas, de cantos y arenas medias y gruesas que se reducen con frecuencia a una franja cubierta por la pleamar diaria o las mareas muy vivas”.

        También establece la fragilidad de estos sistemas, dependientes de diversos factores naturales de la zona: “Son múltiples los procesos y factores que intervienen en el origen y evolución de los sistemas eólicos y que condicionan su formación y progreso: Los vientos constantes, la elevada insolación, la escasez de lluvias, o la escasa cubierta vegetal. En el ambiente semiárido de las arenas costeras canarias, la formación de las dunas está ligada a los vientos alisios que abordan las islas con un componente NNE y soplan de manera regular, ejerciendo una acción erosiva con el arranque de material sobre las arenas y el desgaste mecánico abrasivo por la fricción del viento cargado de sedimentos contra las rocas. Estos procesos afectan a sectores donde predominan materiales finos y escaso recubrimiento vegetal, dando lugar a formas dunares tipo nebkas donde existen arbustos capaces de dificultar el avance de la arena, junto a ondulaciones o riplles, que indican la dirección dominante del viento. El relieve costero de las islas occidentales influye en el desarrollo de las formaciones dunares, pues el carácter acantilado y rocoso impide un desarrollo notable y las restringe a localizaciones favorables, normalmente en forma de dunas rampantes, casi siempre imbricadas con depósitos sedimentarios” (como es el caso de Playa Grande, en Punta de Abona).

          Para esta autora, es destacable el depósito existente en el área de Punta de Abona, en el SE de Tenerife: “En el ámbito de estudio comprendido entre Punta de Abona y la urbanización de Abades, destacan varios puntos por sus depósitos dunares, como el caso de Playa Grande, en la Punta de Abona, un campo dunar situado en los alrededores del mismo pueblo y otros dos campos de dunas en el sector de Abades, uno de ellos a pocos metros de la antigua leprosería y al borde de las playas” (de Los Abrigos y de Cardones).


Conclusiones.-

         A partir de las observaciones realizadas sobre el terreno, el estudio de los datos estadísticos de los elementos naturales que intervienen en el proceso de movilización de la arena y la bibliografía consultada, se puede asegurar que en la Punta de Abona existe un campo de dunas de un desarrollo considerable, generado a partir de sedimentos arenosos de origen marino que son desplazados desde una playa orientada al NE (Playa Grande) por un viento constante y dominante de componente ENE y NE que moviliza la arena hacia el interior de la Isla. Esta formación dunar a fecha de hoy no está incluida en ningún tipo de espacio natural protegido (conforme a la normativa estatal, autonómica o de la Unión Europea), y ni siquiera forma parte del dominio público marítimo-terrestre que establece la normativa de Costas.

       Aunque falta complementar los datos reflejados en el presente estudio con un trabajo de campo en el que se proceda a cuantificar el volumen de arena que se desplaza por dirección y unidad de tiempo en cada tramo del recorrido entre el NE y SO (mediante instalación de mallas o trampas de arena a diferentes alturas y orientaciones), se puede asegurar que la arena entra al interior de la península de Punta de Abona desde el NE, y que es responsable de una parte importante del suministro de sedimentos a dos playas situadas en el SO de dicha península (Playa El Abrigo o Abades y Playa Cardones).

El fenómeno descrito en la Punta de Abona, también ha sido observado en otros enclaves en la isla de Tenerife, con superficies, volumen y disposición de la arena y trayectorias similares a los descritos en este estudio.  Así, el fenómeno se repite entre la playa de La Pelada (orientación NNE) y la playa La Jaquita (orientación SSO), en el término municipal de Granadilla de Abona, o entre la playa de Leocadio Machado-El Médano (orientación NNE) y las playas La Tejita y El Chinchorro (orientación SSO), también en Granadilla de Abona. En todos los casos observamos la presencia de playas, campos de dunas y corredores topográficos por los que se desplaza la arena. 

Información gráfica.-





    Ubicación de la península de Punta de Abona y trayectoria de la arena entre Playa Grande, al NE
 y Playa Cardones y El Abrigo, al SO.

Fuente: GRAFCAN

Detalle de Playa Grande, duna rampante y campo de dunas, en el NE de Punta de Abona.
Fuente: GRAFCAN.

Detalle de Playa El Abrigo o Abades y Playa Cardones, en el SO de Punta de Abona. 
Fuente: GRAFCAN.





viernes, 13 de marzo de 2015

Descubren ocho nuevos montes submarinos al sudoeste de Canarias

El equipo científico de la campaña oceanográfica "Drago 0511" ha identificado ocho nuevos montes submarinos al sudoeste de Canarias -el mayor de ellos con la altura del Teide- que son antiguas islas ahora hundidas por efecto del enfriamiento de la corteza terrestre.
El descubrimientos de estos ocho montes submarinos se suma a los cinco que se conocían hasta el momento al sur de Canarias y suponen una especie "de abuelas submarinas" de las islas, casi "una Atlántida canaria", explica en una entrevista a EFE Luis Somoza, geólogo marino del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
Algunos de estos montes "formaron islas, ahora bajo el agua, que se han hundido a más de 300 metros" y por lo tanto "son los antecesores de las Islas Canarias", detalla Luis Somoza.
Los montes fueron identificados por el equipo de científicos que ha realizado el estudio para ampliar la plataforma continental de España al oeste de las islas Canarias, y los descubrimientos han tenido lugar después de cinco años "de detalladas expediciones cartográficas" de los fondos marinos profundos canarios.
Este descubrimiento demuestra que este área, al sudoeste de las islas, es la prolongación natural del territorio emergido del archipiélago canario.
La cima de los montes submarinos se encuentra desde los 4.000 metros hasta los 300 metros por debajo del agua y el geólogo insiste en que son antiguas islas Canarias ahora hundidas por efecto del enfriamiento de la corteza terrestre.
En algunos casos su forma recuerda a la actual de las islas de Tenerife, La Gomera y El Hierro y según los datos obtenidos de la batimetría, los montes submarinos más grandes tienen entre 90 y 35 kilómetros de largo y los más pequeños entre 6 y 20.
Estas antiguas islas se elevan más de 3.500 metros de altura sobre las llanuras profundas que los rodean y según detalla Somoza, "desde los fondos profundos se verían parecido a como vemos el Teide desde la costa".
Los montes submarinos se han formado por el mismo proceso que las Islas Canarias, es decir, debido a un "punto caliente" debajo de las islas que genera la fusión parcial de las rocas del manto terrestre y da lugar a ascenso de magma al fondo oceánico profundo.
Una vez creados los volcanes estos formarían islas o montes submarinos que se van hundiendo progresivamente al contraerse por enfriamiento.
"Es similar a lo que le puede ocurrir a un "souflé" si lo sacamos fuera del horno de forma rápida", indica Luis Somoza, quien también puntualiza que "esto no quiere decir que las Islas Canarias se hundan inmediatamente", aunque sí lo harán con el tiempo geológico.
"Pasarán millones de años y si el "punto caliente" que las ha formado se traslada o desaparece, entonces progresivamente se irán hundiendo como sus antecesores, estos montes submarinos", explica.
Además la acción del mar irá progresivamente "enrasando" las cimas de las islas y al final "nuestros futuros descendientes podrán ver un Teide raso o la caldera de Taburiente plana. Pero esto sucederá dentro de millones de años".
Asimismo, continúa el investigador, los científicos manejan el criterio de que al tener la misma naturaleza estos montes submarinos que sus descendientes, las islas Canarias, se demuestra que esta zona es la prolongación natural sumergida del archipiélago a efectos de la ampliación de la plataforma continental jurídica española.
Añade Luis Somoza que el equipo científico ha enviado a la Comisión Hidrográfica Internacional las propuestas de 8 nombres de montes submarinos eminentemente canarios, como son Drago, Bimbache, Ico, Pelicar, Malpaso, Tortuga e Infinito y Las Abuelas.
Los nombres de los cinco montes submarinos conocidos hasta la actualidad fueron dados por sus descubridores ingleses y son Las Hijas, Echo, The Paps, Drago y Tropic.
Luis Somoza indica además que se han realizado seis expediciones científicas en el entorno de los fondos profundos canarios a bordo de los buques oceanográficos Hespérides, Sarmiento de Gamboa y Miguel Oliver.
El equipo científico ha estado compuesto por investigadores del Servicio de Geología Marina del Instituto Geológico y Minero de España, del Instituto Español de Oceanografía y del Instituto Hidrográfico de la Marina.


Artículo publicado en el periódico el Dia:
http://eldia.es/canarias/2015-02-23/15-Descubren-ocho-nuevos-montes-submarinos-sudoeste-Canarias.htm

lunes, 9 de febrero de 2015

El impacto de asteroides devastó la vida en el Sahara y se sintió en Canarias

Fuente:
http://eldia.es/canarias/2015-02-09/9-impacto-asteroides-devasto-vida-Sahara-sintio-Canarias.htm

La reciente proximidad a la Tierra del asteroide 2004BL86, al que acompaña una pequeña luna, avala la hipótesis de que el impacto de tres rocas celestes hace unos 20.000 años devastó todo tipo de vida en el Sahara y se sintió, de forma más atenuada, en Canarias, a 800 kilómetros de distancia.
El geólogo y paleontólogo Francisco García-Talavera explica en una entrevista los pormenores de su artículo "Asteroides: Impacto triple en Mauritania", que ha publicado en la página en internet de Museos de Tenerife a raíz de la reciente órbita a 1,2 millones de kilómetros de la Tierra del asteroide 2004BL86. 



Este asteroide se aproximó a la Tierra y "lo más importante, con una pequeña luna de 70 metros girando a su alrededor", lo que "encendió de nuevo en mí la lucecita roja de aviso", señala el también exdirector del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife.
Recuerda García-Talavera que desde 1995, cuando presentó una comunicación en el VI Coloquio Eurafricano de Estudios del Sahara y Sahel celebrado en Chinguetti (Mauritania), sobre el posible origen de impacto de la conocida "y controvertida" estructura circular de El Richat, ha ido dándole vueltas "al porqué de tantos cráteres de impacto" en el citado país norteafricano.

Y ese fue el objetivo de varias expediciones científicas a dicho país llevadas a cabo en 2002, 2003 y 2007 desde el Museo de la Naturaleza y el Hombre del Cabildo de Tenerife.
Con el material meteorítico colectado y la información obtenida se realizó en 2006 la exposición "Impacto: Cráteres en el Sahara, ¿Efectos en Canarias?", en la que ya se exponía la hipótesis de un impacto triple basada "en la perfecta alineación" norte noreste- sur suroeste de los cráteres mauritanos.
Estos cráteres son los de Temimichat, de 700 metros de diámetro; Tenoumer, con 2 kilómetros de diámetro; y el espectacular Richat, de más de 40 kilómetros, al que denominaron "El Ojo del Sahara" y que fue un referente para los astronautas de los años 60 y 70 del siglo pasado.

En la última expedición coordinada por el Museo tinerfeño participaron Jesús Martínez Frías y Fernando Rull, geólogo planetario y catedrático de Cristalografía respectivamente, ambos colaboradores de la NASA y de la ESA; los catedráticos de Geodinámica Ramón Capote y Fernando López, el volcanólogo e hidrogeólogo José Manuel Navarro, recientemente fallecido; y los biólogos Lázaro Sanchez-Pinto y José López Rondón.
Francisco García-Talavera, que también formó parte de ella, relata que se recogieron 300 kilogramos de muestras que se trajeron a los laboratorios de los citados centros, y que han dado origen, tras su investigación y análisis, a cuatro publicaciones en revistas especializadas.

Los primeros resultados apuntan hacia la hipótesis del impacto triple que defienden estos investigadores "y que ahora cobra aún más verosimilitud con la presencia, cercana a nuestro planeta de asteroides de grandes dimensiones, con una o más pequeñas lunas orbitando a su alrededor".
De esta manera la hipótesis -verificada mediante un modelo físico-matemático de simulación por ordenador en la Universidad de Valladolid- se corresponde con la caída y posterior impacto, primero, de un gran asteroide de más de 1 kilómetro de diámetro (que originó el cráter Richat), seguido, a los pocos segundos, por la mayor de sus dos lunas (de unos 100 metros de longitud) que impactó a 224 kilómetros de distancia y formó el cráter Teunoumer y, finalmente, la segunda luna (de unos 40 metros), a 166 kilómetros al nor-noreste, que originó el cráter Temimichat.

El tremendo impacto de choque producido por este "tren" de asteroides (equivalente a cientos, o tal vez miles, de bombas nucleares) que, según las últimas dataciones, pudo ocurrir hace poco más de 20.000 años, con toda probabilidad tuvo efectos catastróficos en los ecosistemas norteafricanos de aquella época y su inmediata consecuencia fue la devastación de todo tipo de vida en esa región del Sahara, afirma el investigador.
"Desafortunadamente este apasionante proyecto ha permanecido ralentizado en los últimos años debido fundamentalmente a los graves problemas de inseguridad de esta zona del desierto", añade el investigador.
Francisco García-Talavera, que actualmente es asesor emérito de Museos de Tenerife, organismo del que fue presidente, confía en que "por el bien de la Ciencia" este proyecto pueda ser reactivado en un futuro próximo.

martes, 14 de febrero de 2012

El IEO ha establecido la profundidad de la cima del cono principal de la erupción submarina en 120 metros

14-02-2012 .
Según informa la Consejería de Economía, Hacienda y Seguridad, la erupción submarina de La Restinga (El Hierro) sigue activa, así como el proceso de reactivación magmática, por lo que se mantiene la vigilancia.

Los responsables científicos del Instituto Oceanográfico Español, del que depende el Buque Ramón Margalef, han confirmado a la dirección del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (PEVOLCA) que la profundidad a la que se encuentra la cima del cono principal de la erupción submarina se estima en 120 metros.

Asimismo, se ha comprobado en la batimetría realizada hace una semana, la aparición de un cono secundario adosado a la ladera del cono principal que tiene una cota de 75 metros y cuya cima se encuentra a 200 metros de la superficie. Según los trabajos realizados se deduce además que la emisión de material varía alrededor de la cima principal y que esa zona, al Este de El Julan, es el único lugar de toda el área prospectada en las diferentes campañas en la que se ha detectado actividad volcánica submarina

Estas han sido las principales conclusiones presentadas esta mañana en la reunión del comité científico del PEVOLCA, celebrada en Santa Cruz de Tenerife, en el que estuvieron presentes el director general de Seguridad y Emergencias, Juan Manuel Santana, el subdelegado del Gobierno en Canarias; Guillermo Díaz Guerra, el director general de Protección Civil del Ministerio del Interior, Juan Antonio Díaz Cruz, por videoconferencia; y los representantes de las instituciones científicas que asesoran al PEVOLCA: Instituto Geográfico Nacional, Instituto Volcanológico de Canarias y Centro Superior de Investigaciones Científicas.

En cuanto a la evolución del fenómeno eruptivo, el Comité Científico ha concluido que la erupción sigue activa y continúa el proceso de reactivación magmática a tenor de los parámetros de gases, deformación y sismicidad. Por ello se mantiene la vigilancia constante por si se diera variaciones significativas.

Por su parte, el director general de Protección Civil anunció a la dirección del PEVOLCA que a finales de esta semana se celebrará la reunión que establezca el sistema de rotación de embarcaciones para la realización de los trabajos científicos que permitan seguir la evolución del proceso.

Por último, el Comité acordó la apertura del acceso a la cala de Tacorón una vez el sistema de medición continuo de gases esté conectado con la sala del CECOES 1-1-2, y se instale cartelería informativa en la zona.

(Publicado en: http://www.gobcan.es/noticias/index.jsp?module=1&page=nota.htm&id=147395)

lunes, 6 de febrero de 2012

Cambios en las bocas eruptivas del volcán submarino de La Restinga.

Artículo publicado en el periódico http://www.laprovincia.es/ el día 6-2-2012.

Un informe de la doctora Elena González, difundido por Avcan, explica la evolución del volcán herreño a través de las imágenes oficiales del fondo marino. En él aparecen múltiples bocas de emisión discontinua que han dado paso a un único foco actual.

Bocas que emiten lava frente a otras que expulsan gases y piroclastos. Todas ellas se han ido sucediendo de forma discontinua a lo largo del proceso volcánico submarino que se está desarrollando en la isla de El Hierro y han dado paso, en la actualidad, a un foco único de emisión.

Esta es una de las principales conclusiones del informe Batimetrías realizadas en El Hierro, difundido por la asociación volcanológica Avcan (Actualidad Volcánica de Canarias) y desarrollado por la doctora Elena González Cárdenas, directora del grupo de investigación Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).

González ha hecho un análisis sobre la evolución del proceso eruptivo de carácter submarino que se está produciendo en El Hierro, a partir del análisis de una recopilación de imágenes batimétricas (profundidades marinas) desarrolladas por los organismos científicos que se hayan en la zona (IEO, Involcan...).

"Las imágenes batimétricas son la base para poder comprender y abordar la complejidad de un proceso eruptivo como el que afecta al Mar de Las Calmas. Son un imprescindible punto de apoyo al que encardinar los resultados de otros parámetros derivados de una correcta monitorización del hecho volcánico (sismicidad, deformación, emisiones gaseosas...)", explicó la investigadora.

La doctora González Cárdenas estuvo presente en El Hierro, en las primeras semanas de la erupción, y posteriormente ha seguido el proceso a través de las webcams, fotografías y vídeos del IGN e Involcan-GC.

Con toda esta información a su alcance, confirma la presencia de un edificio volcánico principal con una boca de emisión, según las batimetrías, de posición somital, que en la actualidad parece comportarse como el foco único de emisión de gases y piroclastos, "y posiblemente, y de forma no continuada si atendemos a las fluctuaciones de la señal de tremor, lava en forma de coladas".



Independientemente de esta evidencia, Elena González asegura que la actividad eruptiva del Mar de Las Calmas se ha desarrollado, en algunos momentos, a partir de múltiples bocas de emisión, alineadas en una misma dirección, observada a partir de las imágenes publicadas por los organismos que siguen el proceso.

"En los últimos días, la presencia de actividad sísmica de pequeña magnitud, con focos localizados en esas hipotéticas zonas de debilidad, confirmarían la existencia de esas bocas, que no han tenido un funcionamiento continuado en el tiempo, pero que parecen haber desarrollado un incipiente grado de especialización, posiblemente relacionado con la topografía del fondo oceánico".

La investigadora explicó que, según la altitud a la que se sitúan las bocas de emisión, en una pendiente, las que están en las zonas más elevadas suelen emitir gases y piroclastos, mientras que en las situadas a menor altitud la lava líquida encuentra más facilidad para salir y se emite en forma de coladas. "Esto se da en algunas fisuras eruptivas de Canarias (chahorra) pero no significa que ocurra en todas las fisuras eruptivas", subraya, aunque hace hincapié en que dicha observación "queda supeditada a las evidencias científicas que se han obtenido y se obtienen a partir del análisis de los datos capturados mediante el empleo de instrumental adecuado de monitorización, de los que yo no dispongo".

En las primeras imágenes del fondo oceánico, una vez iniciado el proceso eruptivo, se apreció, al compararlas con otras anteriores a dicho proceso, la modificación de ese fondo con la creación de un edificio volcánico de estructura cónica en el que se distingue la presencia de un cráter.

A partir del conjunto de imágenes que se manejan de diferentes organismos y fechas, se detecta la existencia de tres bocas de emisión. "Sin embargo, en apreciaciones llevadas a cabo a partir de las fotografías tomadas por el helicóptero de la Guardia Civil y difundidas por el Involcan, se aprecia la presencia de múltiples bocas de emisión, con una clara orientación lineal".

También se observaron alineaciones de posibles bocas eruptivas siguiendo otra dirección, a partir de fotografías aéreas, que se corresponderían con una fisura eruptiva submarina. "Sin embargo, sin conocer la dirección de las corrientes superficiales en el día que se obtuvo la fotografía, no es prudente afirmar de forma categórica que se trate de las marcas dejadas por la actividad de múltiples bocas en una fisura eruptiva. También pueden corresponder con un desplazamiento del material emitido, en función de la dirección de los vientos dominantes", recoge el informe.

González concluye que, en las últimas semanas de la erupción, se ha observado un posible único foco de emisión concentrada, coincidente con el cráter detectado en las gravimetrías. "Sin embargo, en fotografías del 23 y 24 de enero, tomadas por Avcan, y en capturas de imágenes de las webcams instaladas por diversas instituciones, parecen aparecer al menos tres claros focos de emisión de gases y piroclastos".

jueves, 19 de enero de 2012

La cima del volcán submarino de El Hierro está a 130 metros de profundidad

(artículo publicado en el periódico www.larazon.es el 19/01/2012)
http://www.larazon.es/noticia/9858-la-cima-del-volcan-submarino-de-el-hierro-esta-a-130-metros-de-profundidad
La batimetría realizada la primera semana de enero de 2012 por los científicos del buque oceanográfico Ramón Margalef, perteneciente al Instituto Oceanográfico Español (IEO) ha establecido en 130 metros la profundidad a la que se encuentra la cima del volcán submarino.


Así se lo han comunicado esta mañana los responsables de la campaña científica a la dirección del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca), informa el Gobierno de Canarias en un comunicado. 

Los levantamientos batimétricos efectuados fueron llevados a cabo durante los días 10 y 11 de enero, y también han permitido apreciar un aumento significativo de volumen, tanto del cono como de los depósitos asociados a los puntos de emisión de material. 

Este aumento de volumen llega a cubrir casi por completo el escarpe occidental del cañón submarino que enmarca los puntos de emisión y los depósitos volcánicos. Estos depósitos discurren desde la zona de emisión hasta unos 2.000 metros de profundidad y se ven estrangulados en su curso medio, a 950m de profundidad, por un estrechamiento del cañón que actúa como controlador de descarga entre dos zonas de depósito diferenciadas: la zona de depósito del curso alto y el cono de deyección. 

Para el curso alto, los científicos del Ramón Margalef han estimado que el volumen total depositado alcanza 57 millones de metros cúbicos y para el cono de deyección un volumen de 88 millones de metros cúbicos, lo que supone 145 millones de metros cúbicos de material depositado. 

En cuanto a la evolución del cono volcánico, el Ramón Margalef constató que el desdoblamiento de la cima que se registró en el levantamiento anterior no existe en estos momentos y de nuevo aparece una única cima en las coordenadas: 2737.18'N ; 1759.58'W. 

Asimismo, el cono ha modificado su ladera respecto al levantamiento de diciembre. Su pendiente en el flanco Sureste ha aumentado debido en parte al aumento en altura de la cima y a la disminución de la convexidad del cono, que pudiera ser atribuido a una deflación ocurrida en el periodo comprendido entre las dos batimetrías. 

El Instituto Geográfico Nacional (IGN), por su parte, trasladó a la dirección del Pevolca que ayer, a las 17.00 horas, comenzó una gran emisión en superficie de fragmentos de lava humeantes, algunos de los cuales pudieron ser recogidos por los científicos para realizar análisis petroquímicos. 

Asimismo, en el vuelo de la nave Sasemar se ha registrado una temperatura de 22.6 C en la zona de emisión frente a los 19.4C de la zona no afectada.