Costa de La Orotava (Tenerife)

jueves, 25 de junio de 2009

Costas pretende regenerar playas del Sur con arena resultante del machaqueo

(Noticia publicada en el periódico El Día, el 24-02-2008)


La Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, prevé regenerar las playas de San Blas y La Enramada, radicadas en los municipios de San Miguel de Abona y Adeje. La arena propuesta tendrá una granulometría distinta a la arena de playa, sería más grande y de color gris.

El Ministerio de Medio Ambiente proyecta regenerar las playas de San Blas y La Enramada, ubicadas en los términos municipales de Adeje y San Miguel de Abona, respectivamente, con arena resultante del machaqueo de roca, según aseguraron fuentes oficiales consultadas por este periódico. En concreto, los informes que están en manos de la Demarcación de Costas de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife se refieren a estos dos emplazamientos para los que a día de hoy, según ha podido comprobar EL DÍA, la única opción que se maneja es la regeneración a través de áridos procedente de cantera y que con posterioridad se transforma en arena.

Según los expertos consultados, esa arena resultante tendrá una granulometría completamente distinta a la arena de playa, sería más grande, su color sería gris y presentaría un resultado poco acorde al entorno "playero" de las zonas susceptibles de recibir el género procedente de la cantera.

En la actualidad en Tenerife no existe ninguna playa que haya sido regenerada con arena de machaqueo y hasta ahora se habían manejado informes en los que la extracción de arena de fondos marinos de la Isla era la opción más valorada y, sobre todo, la más barata. Las otras opciones, traer arena procedente del continente africano y la arena de machaqueo no se consideraban opciones hasta que el Ministerio de Medio Ambiente incluyó en sus planes la regeneración de las playas de San Blas y La Enramada con arena de cantera tras sufrir un procedimiento de machaque.

En cuanto al coste se refiere, el obtener un metro cúbico de arena de machaqueo ronda los 25 euros, según estimaciones oficiales, mientras que la extracción de un metro cúbico de arena extraída de fondos marinos de la Isla costaría en torno a los 15 euros. La adquisición de arena procedente del continente africano tendría un coste de 35 euros, aproximadamente.

De esta forma, regenerar por ejemplo, la playa de Enramada, que necesita unos 60.000 metros cúbicos costaría 1,5 millones de euros su mejora integral con arena procedente del machaqueo, según las estimaciones.

En referencia a la posibilidad de extracciones de arena en distintos puntos de la Isla, el Ministerio de Medio Ambiente encargó en su momento a la empresa GEOMITSA un estudio sobre localizaciones de canteras de arena en los fondos marinos de la Isla.

La regeneración de Playa San Juan

(Noticia publicada en el periódico El Dia, el 1-5-2008)
La playa regenerada pierde parte de su arena debido a las corrientes marinas
Los vecinos afirman que las mareas "escarban" y retiran la arena de machaqueo que fue colocada recientemente, dejando los callaos a la vista. Al respecto, dicen que dicha circunstancia hace que esta parte de la costa isorana sea "antiestética", responsabilizando al gobierno local de este problema por "las prisas".


Las obras de regeneración de la playa de Playa San Juan (Guía de Isora) "de muy poco han servido porque las corrientes marinas están escarbando en la bahía, retirando la arena y haciendo que los callaos aparezcan", comentan responsables de la junta directiva de la Asociación de Vecinos San Juan Bautista.

En este sentido, afirman que dicha circunstancia está propiciando que "una pala y un grupo de operarios estén trabajando a diario para retirar las piedras que van saliendo. Además, otra consecuencia de los efectos de la marea es que se han creado dos grandes desniveles que alcanzan una altura de un metro, una en la zona de la escollera y la otra al lado del antiguo muelle, que se pueden observar cuando hay bajamar y ello, junto a otros problemas, provoca un efecto antiestético".

También resaltan que la playa de Playa San Juan "parece insalubre debido al efecto que causa la arena de machaqueo colocada, pues la misma al entrar en contacto con el agua salada adquiere un color como el del chocolate y no es nada agradable para la vista. Estamos seguros que más de un bañista evitará, por tal motivo, entrar en el mar".

La costa "está mejor que antes, pero no es una playa de nivel y muchos menos la que se merece Playa San Juan", aseveran los vecinos de dicho núcleo de Guía de Isora, quienes estiman que "ahora costará mucho más caro arreglar estos problemas por no haber realizado las cosas bien".

Al respecto, afirman que los trabajos de regeneración de la bahía "se llevaron a cabo de prisa y corriendo para proceder a su inauguración antes de las elecciones generales".

Manifiestan que "era preferible esperar unos meses más y ejecutar las obras como se deben, que nos hubieran evitado todos estos inconvenientes".

domingo, 14 de junio de 2009

Dinámica de los arenales costeros en el caso de una playa regenerada (Las Teresitas, Tenerife)

(Fracción del texto de MM.Jordan, A.Boix, C.de la Fuente y T.Sanfeliu, publicado en el num. 19 de Geogaceta, 1996).

Puede verse el texto en: http://www.sociedadgeologica.es/archivos/geogacetas/Geo19/Art29.pdf

RESUMEN.

      Se estudia el comportamiento mecánico o movilidad de unas arenas blancas procedentes de El Aaiun (Sáhara) utilizadas para regenerar una playa de arenas negras, Las Teresitas, ubicada en la isla de Tenerife. Se realiza el análisis granulométrico y mineralógico de estas arenas añadidas a las originales preexistentes en la playa hasta 1973. De los datos sobre la identidad mineralógica, obtenida mediante análisis por difractometría de Rayos X, sobre la granulometría de estas arenas superpuestas y su comparación con los de los minerales integrantes del sustrato arenoso preexistente se extraen conclusiones referentes al comportameinto dinámico de estas arenas utilizadas para regenerar la playa  y se analizan las causas de esa dinámica.

INTRODUCCION

       La Playa de Las Teresitas está situada en la localidad de San Andrés, a 7 Km al NE de la capital, Santa Cruz de Tenerife. En el año 1973, esta playa, situada en la margen izquierda del barranco de San Andrés, y formada por bancos de arenas negras y depósitos litorales de cantos rodados, (Haussen, 1955), fue objeto de una regeneración profundaconsistente en el vertido y explanación sobre los materiales detríticos existentes de varios miles de toneladas de arena procedentes de El Aaiun, antiguo Sáhara español, y en el fondeado y construcción de dos espigones laterales y una barra-escollera situada a unos 500 mts de la línea de costa con el objeto de preservar la conservación de los vertidos arenosos.

       En la actualidad, 22 años después de realizada la profunda regeneración descrita, la playa de Las Teresitas conserva, en general,  las arenas con las que se regeneró en 1973, gracias al acertado trabajo de ingeniería de costas realizado entonces con la construcción de los espigones y de la barra-escollera que minimizan los efectos del oleaje y las corrientes marinas sobre los depósitos detríticos costeros (Ross, 1982) y garantizan en conjunto su permanencia; pero en algunas zonas de la banda arenosa empieza a aflorar el sustrato arenoso preexistente al vertido realizado, por lo que puede resultar interesante el análisis de factores y causas de la dinámica de las arenas utilizadas en la regeneración de la playa.

      Por el momento, el afloramiento del sustrato se va restaurando debido a la explanación y limpieza que con frecuencia realiza en estas arenas el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife pero, con todo, es evidente que la playa, la más concurrida de la isla, pierda arena en las zonas emergidas y situadas sobre el nivel de la pleamar.

      En este trabajo analizamos las causas de estas pérdidas a través de los procesos dinámicos (araña y Carracedo, 1965) que afectan a estos arenales y del conocimiento de la granulometría y composición mineralógica tanto del sustrato arenoso existente con anterioridad al vertido (estudio publicado en Acta Geológica Hispánica por Travería-Cross y De la Fuente- Cullel, 1968), como de las arenas blancas vertidas en 1973sobre dicho sustrato con el objeto de regenerar y acondicionar esta playa.

MATERIALES Y METODOS.

Para la realización de este estudio se efectuó una toma de muestras en cuatro puntos de la Playa de Las Teresitas equidistantes unos de otros unos 200 mts y situados todos ellos a escasa distancia (unos 2 mts del nivel de la pleamar). Como quiera que interesaba, en el presente trabajo, el c onocimiento de la granulometría y composición mineralógica de estos arenales de forma global, las cuatro muestras, cada una de ellas de un volumen de 500 ml  se integraron en una sola muestra total de 2000 cm3 que constituyó el material estudiado. Para los objetivos de este estudio, a este material se le aplicaron dos técnicas analíticas:

- Análisis mecánico: con el fin de conocer la distribución granulométrica del sedimento así como el tamaño de partícula predominante y su morfología, cuestiones de mucho interés cuando se pretende hacer un seguimiento de la dinámica de arenales costeros.

- Análisis mineralógico: con el fin de conocer la identidad mineralógica de los granos que integran el sedimento y con ella, sus propiedades fisicas que, obviamente, condicionan su dinámica. 

     A los datos que mediante la aplicación de estas técnicas analíticas se obtuvieron, hemos de añadir aquellos que sobre la granulometría y mineralogía del sedimento preexistente a la regeneración practicada en 1973 nos ha proporcionado el trabajo ya citado publicado por Travería Cross y De La Fuente Cullell (1968), en donde se estudia y determina la granulometría y composición mineralógica de las arenas negras originales de esta playa según los criterios analíticos expresados en Pérez-Mateos, 1960. 

     Para la realización del análisis mecánico se ha realizado una tamización de la muestra local pasándola por tamiz de 250 mc de luz lo que nos facilitó dos fracciones para poder operar mejor en el análisis mecánico de las muestras. La técnica utilizada para el análisis mecánico que nos interesa en este trabajo se ha basado en el empleo de un analizador de tamaño de partículas por difracción de haz de rayos láser marca Malvern, modelo Masterziser, con dispersión en agua y lente óptica para el análisis de la fracción inferior a 600 mc. 

    En las tablas se expresan los resultados obtenidos en este estudio con la aplicación de esta técnica de caracterización mecánica.
     Para la realización del análisis mineralógico se ha recurrido a la difractometría de rayos X como técnica analítica más apropiada (Rutley y Read, 1968) utilizando un difractómetro automático Siemens, modelo D-500, Kristallflex, con monocromador de grafito y detector de centelleo que utiliza la radiación de Cu K de longitud de onda igual a 1,5406. Los difractogramas obtenidos comprenden un barrido de 4 a 70º de 2, a una velocidad de 3 grados por minuto. En la tabla y gráfico adjuntos se expresan los resultados obtenidos tras la interpretación del difractograma que permite identificar la naturaleza mineralógica de la muestra global estudiada.


     La determinación precisa de la naturaleza mineralógica, y con ello de las propiedades físicas de los granos integrantes de estos arenales costeros tanto de los que hoy en día constituyen el sustrato como de los que en 1973 se vertieron sobre ellos para regenerar la playa, es uno de los factores intrínsecos que condicionan la dinámica o movilidad de estos materiales, pero no es el único factor condicionante de esta dinámica puesto que resulta obvio que la determinación del tamaño de grano que nos proporciona el análisis granulométrico es también necesaria para estudiar esta dinámica e incluso esta determinación debería añadirse a un estudio morfológico de los granos (Kerr, 1965) ya que la morfología es un factor intrínseco de la movilidad.

     Con relación a este factor cabe subrayar aquí que los estudios morfosccópicos de estos sedimentos costeros ponen de manifiesto que la acción del oleaje marino tiende a una agudización de las morfologías de los granos de tal modo que, por ejemplo, las formas planas tienden a aplanarse más y las formas redondeadas tienden a redondearse más.
     

      A estos tres factores o condicionantes intrínsecos o endógenos que apreciamos en la dinámica de los arenales debemos añadir, básicamente, otros tres grupos de factores, que denominaremos extrínsecos o exógenos, y que concretamos en la acción del oleaje marino, la acción del viento, de la lluvia y la acción humana. Esta última, como es obvio, es determinante cuando se trata de playas, como éste, regeneradas.

     Ya hemos indicado cómo se manifiesta la acción del oleaje marino influyendo sobre la morfología de los granos aunque en el caso que nos ocupa ya hemos indicado que la construcción de espigones y la barra-escollera minimiza la acción del oleaje notablemente y con ello, se aminora también mucho, la movilidad de estos arenales.
     La acción de la lluvia sobre esta movilidad es prácticamente nula puesto que las precipitaciones, aquí en Las Teresitas, son muy escasas y débiles. 

       La que si resulta muy importante, dada la orientación y ubicación de esta playa, por lo que respecta a la movilidad de las arenas es, como luego veremos, la acción del viento.

     Finalmente, otro factor condicionante, aunque muy difícilmente evaluable en términos cuantitativos, es la acción humana o antropogénica. Hay que tener en cuenta que se trata de una playa muy concurrida durante los doce meses del año y que existe una continuada acción de limpieza y explanación de las arenas superficiales mediante palas mecánicas niveladoras que tienden a ir recubriendo con arenas blancas aquellas zonas donde empieza a aflorar el sustrato arenoso preexistente pero sin realizar nuevos aportes arenosos a la playa.
      Conocidas pues estas acciones que, fundamentalmente, condicionan la dinámica mineral de estas arenas, pasamos a considerar los resultados de la fase analítica de este trabajo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
      De la naturaleza granulométrica y mineralógica de los arenales originales de Las Teresitas conocemos que están constituidas por depósitos aluviales, detríticos, costeros integrados mayoritariamente por minerales pesados (entre un 70 y un 93,5%) formando arenas de grano grueso (mayoritariamente por encima de 2 mm) y por los granos muy escasamente rodados como corresponde a una playa de formación reciente (Travería-Cros y De la Fuente-Cullell, 1968).


      En estas arenas, provenientes de la meteorización y arrastre detrítico de las rocas ígneas que integran el macizo de Anaga, el análisis mineralógico por difracción de rayos X nos delató la presencia de los siguientes minerales: circón, hiperstena, magnetita, hornblenda, augita, andesita y calcita, este último de origen bioclástico.

      Sobre estas arenas negras, como se ha comentado, se verificó en 1973 el vertido y explanación de las arenas blancas de El Aaiun (Sáhara). Los datos que nos proporciona el análisis mecánico de estas arenas vertidas para regenerar la playa se exponen en las tablas y figuras anexas y de ellos podemos enseguida advertir que se trata de arenas con un tamaño de grano más fino (228 mc) y también muy uniforme pues en los dos ensayos realizados se constata que el 90% de los granos se sitúan en tamaños inferiores a 350 mc y el 10% de los mismos están por debajo de las 130 mc.

     El análisis mineralógico nos evidencia la presencia de las siguientes mineralizaciones en estas arenas blancas: cuarzo, anortita, calcita, sericita y hematites; también se aprecia la presencia, muy minoritaria, de clorita.
      A constatar que, salvo en el caso de la calcita, que puede tener muy diversas procedencias, no existe coincidencia mineralógica entre las arenas del sedimento original y las sobreañadidas. Los resultados manifiestan que el peso específico medio de los minerales del sustrato original es, en todos los casos, superior al de los minerales de las arenas blancas superpuestas, con excepción de la hematites.

     Resumiendo, podemos constatar que las arenas originales de Las Teresitas son de grano mucho más grueso e integradas por minerales más pesados, de peso específico más elevado, que las arenas vertidas y extendidas sobre ellas.

CONCLUSIONES.
       La regeneración de la playa de Las Teresitas, llevada a cabo en 1973 no ha comportado, con el transcurrir del tiempo, la mezcla de unos arenales con otros. Esta mezcla no se ha producido porque los factores endógenos (tamaño de grano, morfología de los granos y peso específico de los minerales integrantes) han prevalecido sobre la acción dinámica de los exógenos (oleaje marino, acción eólica, precipitaciones u acción antropogénica), de tal modo que la dinámica de estos arenales ha estado más condicionada por los primeros que por los segundos.

      Esta acción tendente a la permanencia de las arenas superpuestas se ha visto favorecida por una adecuada actuación en ingeniería de costas con la construcción de los espigones y de la barra-escollera. La aparición de afloramientos del sustrato en algunas zonas de la playa situadas por encima del nivel de la pleamar es debida a un meteoro muy importante en esta playa y cuya acción e influencia en la dinámica de los arenales superpuestos quizá no se evaluó en su momento, suficientemente.

       En efecto, el viento predominante, el terral, levanta y arrastra muy frecuentemente grandes cantidades de arena hacia el mar que éste –con su fuerza dinámica disminuida por la obra de ingeniería realizada- no restituye hacia la playa con lo que realmente el nivel emergido de la playa pierde arena que, cada vez más, va colmatando los niveles sumergidos situados entre la barra-escollera y la línea de costa.

       Esta acción, indeseable para la permanencia de los arenales superpuestos estudiados en Las Teresitas, se debe fundamentalmente a que sobre la acción deseada de hacer un recubrimiento del sustrato con arenas blancas, por obvias razones de utilización lúdica y turística de la playa, no se supo o no se pudo en su día buscar aportes de arenas de grano sensiblemente más grueso que el de las utilizadas, con lo que se hubiera minimizado y hasta anulado la influencia del factor eólico en la dinámica de estos arenales en la que ahora es predominante.

       Con toda seguridad, razones no geológicas, probablemente económicas, aconsejaron la elección de arenas de El Aaiún para realizar esta regeneración. Ahora, se aprecian bien las deficiencias generadas por la utilización de unas arenas susceptibles a una intensa dinámica eólica que conlleva su disminución y progresiva desaparición.

AGRADECIMIENTOS.
       Agradecemos a los Servicios Científico Técnicos de la Universidad de Barcelona la disposición de las técnicas analíticas utilizadas en este trabajo. Así mismo, expresamos nuestro agradecimiento al Dr. Ignacio Queralt, del Instituto Jaume Almera del CSIC por su contribución al análisis mecánico de estas arenas.


   

La desaparición de playas en el sur de Valencia amenaza al sector turístico

(Publicado en: http://jonkepa.wordpress.com/2009/02/16/la-desaparicion-de-playas-en-el-sur-de-valencia-amenaza-al-sector-turistico/)

Según información publicada en 20minutos:

-Un estudio de la Politécnica alerta de la pérdida masiva de arena.
-Se debe a la construcción y la sequía de los últimos años.
-Costas medita el derribo de paseos marítimos como última opción.

     Las playas de la Comunitat Valenciana corren serio peligro de desaparición si no se actúa pronto. Los incendios, la sequía, la construcción en primera línea de costa y la ampliación de los puertos están dejando sin arena el litoral valenciano. La voz de alerta la ha dado el catedrático de Puertos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) José Serra, que ha elaborado un informe sobre la situación de 10 municipios del sur de la provincia de Valencia.

     Se trata de la franja comprendida entre Cullera y Oliva. El trabajo se ha presentado a los alcaldes de estas localidades y la pelota está ahora en el tejado de la Dirección General de Costas. “Puede que muchos municipios pierdan la industria turística, de la que viven en estos momentos”, explica el autor.

     La solución más inmediata consiste en aportes de áridos para afrontar la temporada de Semana Santa y verano. Pero el Ministerio de Medio Ambiente ha encontrado un gran banco de arena de dos millones de metros cúbicos que va a trasvasar a la zona. “Es de gran calidad y solucionará el problema en dos o tres años”, señala el alcalde de Piles, Vicent Ciscar.

     El informe contempla como última opción el derribo de tramos de los paseos marítimos de Bellreguard y Piles, algo “inviable”, según el primer edil.

Cuatro preguntas sobre… El desgaste del litoral

1. ¿Por qué pierden arena las playas?

Los temporales se la llevan mar adentro en invierno. El problema es que los ríos no aportan sedimentos por los incendios, la sequía y la sobreexplotación de acuíferos. Además, las obras portuarias y de defensa y la urbanización del litoral, que destruye las dunas, llevan desde los años sesenta erosionando las playas.

2. ¿Dónde se da este fenómeno?

En toda la costa de la Comunitat, aunque en mayor medida en Cullera, Tavernes de la Valldigna, Xeraco, Gandia, Bellreguard, Piles y Oliva. Las de la Malvarrosa y Las Arenas también se están viendo afectadas.

3. ¿Cuál es la solución? 

Todos los años se llevan a cabo planes de alimentación (obtener arena del fondo del mar) o trasvases (llevarla de una playa a otra).

4. ¿Cuál es la anchura idónea de una playa?

Lo normal es que oscile entre los 45 y 55 metros de anchura. Es importante que conserven las dunas, ya que las zonas costeras que cuentan con este elemento natural no desaparecen.

Hasta aquí la noticia tal como la cuentan en 20 minutos pero la cosa no es tan simple, veamos:

     ¿Por que pierden arena las playas Mediterráneas? Los ríos son los principales suministradores de sedimentos, pero en el último siglo se han construido muchos embalses para abastecimiento agrícola o con fines energéticos. Los sedimentos llegan hoy al mar en mucha menor cantidad porque quedan retenidos en los embalses y, también, por que la construcción extrae arenas y gravas de los lechos de los ríos. Esto se traduce en el retroceso de los deltas (como el espectacular del delta del Nilo y el incipiente del delta del Ebro), el descarnamiento de las playas y, así mismo, el empobrecimiento en nutrientes de las aguas costeras (con efectos negativos para algunas pesquerías, como la de la sardina).

     La reducción de los aportes sedimentarios naturales al litoral mediterráneo ha descarnado muchas playas. La utilización de potentes dragas suctoras, que extraen arenas de fondos relativamente profundos y alejados y las depositan en el litoral, es una solución efectiva sólo a corto plazo y supone un fuerte impacto sobre los poblamientos infralitorales, en especial la pradera de Posidonea Oceánica y los fondos de bivalvos comerciales. La estabilidad de la nueva playa suele ser reducida, y su vida corta

     Dos tipos de actuaciones de la industria turística sobre el litoral tienen, además, el contrasentido adicional de que generan unos costes económicos a fondo perdido: la construcción desmedida de puertos deportivos y la "regeneración" de playas. Amén del efecto directo de la construcción de un puerto deportivo sobre las comunidades biológicas locales, existen efectos indirectos. Las corrientes litorales, responsables del equilibrio dinámico de los sedimentos costeros, suelen ser desviadas con espigones o escolleras. Muy a menudo, el puerto se colmata de sedimentos (y entonces hay que dragarlo periódicamente); las playas inmediatas se vacían de arena (y entonces hay que "regenerarlas"), y las comunidades marinas de la zona, en especial de pradera P. oceánica acaban arrasadas.

     La extracción de arena y la remoción de unos fondos marinos normalmente ricos en fauna y flora pueden compararse a lo que ocurre en tierra cuando se labra un campo o se desbroza un bosque. Dos consecuencias marginales, no directamente ecológicas, derivan de esta "regeneración" de playas. Las arenas se las lleva el mar durante el primer temporal de otoño. Pero antes, estas arenas se han enfangado (su granulometría, su disposición y pendiente sobre la playa no son las naturales, y el drenaje es defectuoso), han desprendido olores nauseabundos (por la putrefacción de la materia orgánica y de los organismos que allí vivían) y han favorecido el crecimiento de algas oportunistas, inocuas pero pegajosas (que proliferan gracias a la abundancia temporal de nutrientes). Las medidas destinadas a mejorar la playa la convierten, ya en la misma temporada estival, en un lugar que el turista evita; a medio plazo, tales actuaciones resultan inútiles. Los millones invertidos se los traga, literalmente, el mar. 

(Texto extraído del sitio web: http://www.tinet.org/mediterranea/html/castella/ecologia/ecolprof.htm)

      Ejemplos de playas perdidas por construcción de instalaciones naúticas
PLAYA DE RIHUETE – PUERTO DE MAZARRÓN (MURCIA)
PLAYA LISSA – PUERTO DE SANTA POLA (ALICANTE)
PLAYA DE RIBES ROGES – PUERTO DE VILANOVA Y LA GELTRÚ (BARCELONA)
PLAYA DE SAN ANT. DE CALONGE – PUERTO DE PALAMOS (GIRONA)
PLAYA DE CARIÑO – PUERTO DE FERROL (EN CONSTRUCCIÓN) FERROL

El papel de las administraciones. La opinión de Greenpeace


     Los proyectos de ampliación de puertos comerciales se están multiplicado y los nuevos puertos deportivos florecen por toda la costa. Cataluña y Baleares son las dos únicas Comunidades Autónomas de las diez con litoral presentes en el Estado Español, que han decretado una moratoria sobre la construcción de nuevos puertos deportivos. En el resto, este tipo de infraestructuras turísticas se ha convertido en lo que podríamos llamar una “plaga”, si atendemos a sus efectos dañinos que causan en el litoral.

     Greenpeace lleva 10 años demandando una moratoria a la construcción de nuevos puertos deportivos. Pero no parecen soplar vientos que empujen nuestra propuesta, desde el Ministerio de Medio Ambiente se publicita en la prensa que “[el propio Ministerio] no va a ser un obstáculo para que la construcción de nuevos puertos se lleve a buen término”, señalando incluso que en algunas zonas del litoral, hay pocos.

     Debemos ser conscientes de los puertos deportivos, diques, espigones y demás obras en el litoral suponen la destrucción y alteración de éste, y que, por tanto, son incompatibles con su conservación. Situaciones como la de Catalunya, con un puerto cada 15 kilómetros, no son viables. Además, muchos de estos puertos incumplen la obligación de restituir y acondicionar las playas han dañado.

     Si tenemos en cuenta que la actividad del sistema portuario español aporta anualmente tan sólo el 1.1% del Producto Interior Bruto nacional, parece un poco desmedida la cantidad de dinero dedicada a ampliar los puertos. La regeneración de playas con aporte artificial de áridos es la solución más demandada desde las administraciones locales afectadas -y asustadas- ante la desaparición de una de sus principales fuentes de ingresos.
     Los temporales que tras el verano azotan el litoral español dan origen a una larga lista de peticiones al Ministerio de Medio Ambiente para “regenerar” artificialmente las playas. Éste, lejos de aplicar una solución real al problema, actúa como si se tratara de un generoso Rey Mago, llevando en este caso, arena. Tarea en la que se emplea el 60% del presupuesto de la Dirección General de Costas (unos 83 millones de euros), y que además ha costado una reprimenda de la Unión Europea por realizar extracciones de arena en yacimientos submarinos destruyendo especies de vegetación que gozan de la máxima categoría de protección a nivel europeo.

     Tampoco parece importar los daños causados a otras actividades, como la pesca artesanal, que según recientes estudios puede disminuir hasta un 60% tras la regeneración de una playa.

     Sería imposible realizar un listado completo de todas las playas regeneradas de forma artificial, ya que se reparten por todos los puntos del litoral. Esta información ha sido demandada por Greenpeace al Ministerio de Medio Ambiente, pero hasta la fecha, transcurrido un año desde nuestra petición, no ha habido ninguna respuesta.

     Esta situación insostenible, esconde otra realidad que no se nos muestra habitualmente, pero que es necesario conocer.

     La realidad de la regeneración de playas
1.- Su elevadísimo coste limita su aplicación. Un cálculo estima que el coste de regenerar un kilómetro lineal de playa es de 6 millones de euros (mil millones de pesetas).
2.- No existe arena suficiente para “regenerar” todas las playas según denuncian ya los expertos.
3.- En muchos casos la arena recibe un tratamiento químico que la desnaturaliza (p.ej. es blanqueada con sosa cáustica para adquirir el color claro demandado por los turistas).
4.- Supone la destrucción de hábitats naturales muy valiosos para la supervivencia de las playas.
5.- Las regeneraciones artificiales exigen un mantenimiento constante y nunca son duraderas en el tiempo (al tratarse de arena depositada artificialmente, no se fija a la playa, y el primer temporal se la vuelve a llevar).

Las SOLUCIONES REALES Y DURADERAS por las que aboga Greenpeace pasan por:

a.- Proteger las dunas, que constituyen los depósitos naturales de arena de las playas;
b.- Conservar la vegetación marina (como por ejemplo las praderas de Posidonia oceanica del Mediterráneo, una planta marina que “sujeta” la arena y amortigua el oleaje y la marea). Es igualmente importante no retirar las hojas de las algas y plantas que llegan en otoño e invierno a las playas y retienen la arena;
c.- No extraer arena de yacimientos submarinos ya que se destruyen hábitats fundamentales para la conservación del litoral;
d.- Establecer una moratoria en la construcción de nuevos puertos deportivos, que constituyen auténticas barreras físicas para la deposición de la arena;
e.- No construir en “primera línea de costa” ni sobre las dunas, ya que se estarán destruyendo los depósitos naturales de arena de las playas (lo que incluye a los paseos marítimos, que aprisionan la arena bajo el hormigón). 

     Pero las políticas actuales llevan un rumbo distinto, y tras la modificación de la Ley de Concesiones Públicas, se privatiza la regeneración artificial de playas y a cambio los concesionarios de estas obras adquieren derechos de explotación de los negocios playeros.

     La esperanza de Greenpeace, es que la política costera actual, que tan sólo ofrece efímeros resultados – que no soluciones – únicamente visibles a corto plazo, se transforme completamente y se enfoque hacia la conservación real y futura de todos los elementos que componen nuestras costas, buscando soluciones a los problemas y no echándoles arena encima para taparlos.

EL MEDITERRÁNEO CRECE OCHO CENTÍMETROS EN EL LITORAL ESPAÑOL

El País de los Estudiantes, 11 de febrero de 2008 

(artículo publicado en: http://www.biogeociencias.com)

Según el Instituto Español de Oceanografía (IEO), un estudio sobre mediciones de la salinidad, temperatura y el nivel del mar en la costa mediterránea española en los últimos 50 años hace pensar que existe una tendencia a subir desde la última década del siglo XX, que se concreta en unos 8 cm en ese período. Además, de seguir así esta tendencia, el nivel del Mediterráneo estarça entre 25 y 30 cm más alto que ahora en el año 2050. Este efecto podría ser una consecuencia más del cambio climático global que la Tierra parece estar sufriendo en los últimos años. El gráfico indica que, a pesar de la bajada del nivel del mar producida entre los años cincuenta hasta la década de los noventa del s. XX probablemente a causa de un fenómeno temporal de presión atmosférica superior a la normal en ese período, en las dos últimas décadas se está produciendo un aumento gradual de entre 2,5 mm y 10 mm al año. Existen diferencias entre los distintos puntos a causa de facotres locales que afectan al nivel del mar, como las corrientes litorales, los vientos y la propia presión atmosférica.


Además, se ha comprobado también el complejo tipo de circulación del agua entre el Mediterráneo y el Atlántico. Cuando se enfría al ceder calor de la superficie a la atmósfera, el agua mediterránea cerca del estrecho de Gibraltar es fría y muy salada, es decir más densa, hundiéndose verticalmente en forma de grandes tubos y saliendo al Atlántico por el fondo del estrecho. Las aguas superficiales del Atlántico compensan esta salida de agua además del déficit de la evaporación.

Evolución reciente de la Geomorfología española (1980-2000)

(Editado por REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES 

Universidad de Barcelona. -ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98- Vol. VI, nº 326, 24 de noviembre de 2001)

Puede verse en: http://www.ub.es/geocrit/b3w-326.htm

Autor: Ángel Martín-Serrano García 
Instituto Geológico y Minero de España

Hace trece años la recién constituida Sociedad Española de Geomorfología (SEG) promovió una reunión para analizar las tendencias de esta disciplina en el mundo y su situación en España. Aquellas Perspectivas en Geomorfología, publicadas por la SEG (Monografía núm. 2), constituyeron un punto de reflexión, de encuentro, y en cierto modo de partida del viaje conjunto de unos profesionales que desde la más diversa procedencia, llevaban años de dedicación a una misma actividad, pero con poca relación entre sí y referencias fundamentalmente externas. La creación de la Sociedad en esas fechas fue fruto de una situación gestada desde años atrás. A finales de los ochenta, la Geomorfología que había ido creciendo durante décadas en el seno de los departamentos de Geografía y Geología de algunas universidades españolas, desborda ese ámbito estrictamente universitario. Y es que su aceptación social ,empujada sobre todo por necesidades de planificación urbanística y medioambiental, dan lugar a una geomorfología aplicada que crece rápida y caóticamente, pues las referencias conceptuales y metodológicas son obviamente diversas como consecuencia de esa situación dispersa. Desde esa fecha su desarrollo imparable ha continuado, potenciado por las labores de promoción y difusión de la Sociedad Española de Geomorfología. Casi tres lustros después de aquel encuentro, en un momento en que la consolidación de la Geomorfología es un hecho, con un aumento considerable de calidad y de practicantes, los geomorfólogos españoles se plantean las mismas reflexiones. Dichas reflexiones se recogen en los 15 artículos de que consta este volumen bilingüe (en castellano e inglés) que constituye la aportación española a la V International Conference on Geomorphology (Tokio, 2001). 

Esta nueva monografía es una referencia documental articulada en torno a un texto fundamentalmente temático/regional que contempla los aspectos más relevantes de la Geomorfología en España. Presenta un índice flexible, con artículos que no se ajustan del todo a una clasificación temática estricta, sino más bien constituyen la respuesta a su relevancia regional y en algún caso a las preferencias temáticas de los investigadores. Probablemente esta falta de ortodoxia sea la causa que ha motivado varias reiteraciones y algunos olvidos de temas que por peculiaridad, extensión regional o simplemente por el interés investigador suscitado, deberían haber sido dignos de atención. Sobre todo, se echan de menos trabajos dedicados al paisaje cárstico, a neotectónica y a geomorfología de zócalos o macizos antiguos, pues es obvio que en este último contexto, el modelado granítico, aunque extenso y peculiar, no abarca todo su territorio. 

El breve, excelente y compensado artículo con que se inicia este trabajo colectivo, en el que participan 33 destacados especialistas, expone el panorama actual de la Geomorfología en España, tanto en el contexto académico como en el profesional. Pero también nos habla de sus orígenes, de su evolución y de su generalización al campo profesional, fuera ya del entorno académico. 

Geomorfología temática y regional 

La parte dedicada a Geomorfología temática, casi siempre utilizada en estudios regionales, es la más desarrollada: desde el comentario general a las aportaciones colectivas o personales hasta las correspondientes revisiones temáticas que se agrupan en artículos independientes. Revisiones y valoraciones exhaustivas y profundas por las que se puede acceder fácilmente al estado del conocimiento geomorfológico en las regiones graníticas o volcánicas, en el litoral marino o más allá, en su plataforma submarina. También se incluyen trabajos dedicados a las regiones semiáridas, a la actividad fluvial y eólica, a las vertientes de nuestras montañas y a los estudios glaciares y periglaciares realizados por nuestros investigadores tanto dentro como fuera de nuestro territorio. Los suelos, que han tenido siempre una conexión especial con la Geomorfología por su especial significación en algunos contextos, por su utilidad como indicadores paleoclimáticos y más recientemente por la aplicación de métodos de datación, son también objeto de atención en esta obra. 

Tras breves apuntes históricos, el artículo Geomorfología granítica en España presenta las aportaciones más importantes según una curiosa especialización de los grupos de trabajo coincidente con áreas geográficas correspondientes a los afloramientos graníticos del Sistema Central, Galicia y Cordillera Costero Catalana: caracterización y evolución de paisajes graníticos (en Madrid) y alteraciones (en Salamanca), aspectos genéticos de elementos morfológicos y formas menores (en Coruña) y cartografía (en Gerona). Como novedades más interesantes de cara al futuro se citan el valor paisajístico de estas regiones que requieren cada vez más estudios específicos y la utilización de métodos cronológicos que pueden permitir conocer edades absolutas (isótopos cosmogénicos) en las formas graníticas. 

Geomorfología en paisajes volcánicos constituye, ante todo, un excelente trabajo documental centrado obviamente en Canarias. A pesar de algunos trabajos pioneros en la década de los sesenta, hasta entonces, el interés puramente geomorfológico fue escaso a pesar de la proliferación de investigaciones geológicas. La Geomorfología no se asienta hasta los años ochenta con una espectacular producción de publicaciones: primero delimitando las grandes unidades morfoestructurales que configuran el archipiélago, después estableciendo su evolución morfoclimática que demuestra claramente las consecuencias de la interacción entre procesos constructivos y erosivos. Debido al carácter insular del territorio ha surgido una línea de trabajo específica que se orienta al estudio de las formas litorales elaboradas en estructuras volcánicas en las que se pone de manifiesto la constante interferencia entre las dinámicas eruptiva y marina. Mientras que en Canarias la geomorfología volcánica se consolida definitivamente a fines de los ochenta, en la Península las aportaciones son muy escasas. Las líneas de investigación más definidas son: 

-estudios de los procesos eruptivos y sus formas resultantes 
-análisis del modelado y evolución morfodinámica 
-estudio de las formas desde una óptica paisajística 

En muchos lugares la tendencia actual se orienta hacia enfoques más prácticos, sobre todo en áreas con volcanismo activo. 

El artículo Geomorfología litoral y de la Plataforma continental consta de un texto con dos partes muy diferenciadas. En la primera, excelente por organización, densidad y contenido, se destaca inicialmente el interés de la cartografía geomorfológica en el litoral, aquella incluida en el contexto geodinámico general que establece secuencias temporales para las unidades geomorfológicas y que se ha desarrollado especialmente en el sureste peninsular. Se enumeran los métodos de datación más utilizados (Th/U, K/Ar, 14C,ESR, Tl, raceminación de aminoácidos) pero también se resaltan los innumerables problemas planteados por los resultados. El estudio del registro de los cambios del nivel del mar en la costa a lo largo del Cuaternario, aunque proceden de los años sesenta, es a partir de los ochenta cuando ha adquirido importancia con el inicio de la utilización de medidas isotópicas. La revisión regional de ese registro se establece a partir de cuatro etapas principales: Interglaciares cuaternarios, Pre-último Interglaciar, Último Interglaciar, Último Periodo Glaciar y el Presente Interglaciar Holoceno; concluye con las relaciones con el cambio climático. La segunda parte que se refiere a la plataforma continental, constituye un resumen del estado del conocimiento actual bajo un formato regional que agrupa: la cornisa cantábrica y gallega; el golfo de Cádiz, estrecho de Gibraltar y mar de Alborán; el margen bético oriental y de Baleares; el golfo de Valencia y el margen catalánide; y las islas Canarias. 

En Evolución reciente de los estudios de Geomorfología glaciar y periglaciar se hace un análisis por áreas geográficas con los Pirineos como principal referencia, pues es allí donde se han establecido diversos modelos cronológicos relativos sobre los que se han superpuesto dataciones absolutas ocasionales. Sin embargo los mayores avances se han producido en otras zonas que estaban menos estudiadas como Galicia y Sierra Nevada. Respecto a la investigación en general, se destacan cuatro aspectos importantes: 

-existencia de una cartografía casi completa de las zonas glaciadas durante el Cuaternario 
-el enfoque sedimentológico de los estudios 
-los intentos de cronología absoluta 
-el reciente enfoque geomecánico o geológico de la deformación de los materiales afectados por glacitectónica 

Los avances logrados en los estudios sobre periglaciarismo, una disciplina que va tomando cuerpo, demuestran la importancia de estos procesos en toda la Península. Es un interés que como el del estudio de los escasos glaciares españoles actuales, va en paralelo con la presencia española en regiones frías extrapenínsulares como Europa, los Andes, el Himalaya, Norteamérica y sobre todo, la Antártida. 

Las investigaciones sobre Geomorfología de zonas semiáridas se han desarrollado muy irregularmente, tanto regional como temáticamente y con la tendencia a combinarlas con estudios sobre dinámica de procesos. El sistema eólico, los suelos (en particular las costras calizas), el sistema lacustre, las áreas con cárcavas, las laderas y los sistemas aluviales y fluviales se tratan desde esta perspectiva zonal con tanta incidencia en nuestro país. Se vaticina que el futuro, como en muchos otros casos, pasa por la modelización, por la obtención de datos cronológicos y por el análisis de respuesta a los diferentes estímulos, especialmente a los climáticos. Las contribuciones recientes sobre endorreismo han sido numerosas, debido al interés de su registro sedimentario como indicador de paleoambientes, especialmente en lagunas salinas de la depresión del Ebro y de la Mancha. En otras áreas lacustres, bajo condiciones de menor aridez se han establecido evoluciones climáticas a partir de estudios polínicos. 

Los estudios regionales sobre Geomorfología fluvial, tradicionalmente importantes en nuestro país, han sufrido una reactivación debido al interés actual por el cambio climático, motivada por la búsqueda de respuestas hidrológicas, sedimentológicas y por supuesto geomorfológicas a dicha situación. Probablemente por esta circunstancia ha persistido el interés por los valles fluviales y sus rellenos sedimentarios. Se indican como aportaciones interesantes en este campo los modelos de evolución compleja de terrazas fluviales del Tajo y del Ebro dominado por procesos de subsidencia atribuibles a la disolución del sustrato evaporítico. La técnica de datación más generalizada es la magnetoestratigrafía que combinada con los datos procedentes de yacimientos arqueológicos y paleontológicos permite la obtención de secuencias cronoestratigráficas bastante completas, pero también sigue dando resultados excelentes la utilización del método del Carbono 14 (14 C), muy fiable y accesible. 

En muy pocos años, se han hecho aportaciones muy importantes al conocimiento de las Formas y procesos eólicos. Todas esas contribuciones recientes realizadas desde las perspectivas más diversas (cartográficas, sedimentológicas, cronoestratigráficas,..) se exponen en formato de síntesis regional agrupadas en dos grandes conjuntos: formas eólicas litorales a lo largo de toda la costa española aunque sobresalen las de Andalucía occidental (Cádiz y Huelva) y Levante; las dunas de arena y arcilla del interior de la Península, vinculadas al desarrollo de las principales formaciones aluviales de la Meseta que están localizadas en la Cuenca del Duero, en la depresión del Guadiana y en la llanura manchega. Se han estudiado tanto la distribución espacial y clasificación morfológica de las dunas como las características texturales y mineralógicas de los depósitos eólicos; recientemente se han obtenido los primeros datos cronológicos mediante técnicas de luminiscencia. 

Las relaciones Geomorfología/Suelos en España casi siempre tuvieron connotaciones paleoclimáticas, y por esa línea y por la cronológica han continuado las investigaciones. En el análisis aquí realizado se destaca, por un lado los estudios de variabilidad, fundamentalmente aplicados a contextos morfológicos de unidades singulares como la Raña o a los sistemas de terrazas de los ríos peninsulares, y por otro, la utilización de cronosecuencias para la caracterización genética de suelos y para la cuantificación del grado de evolución edáfica (índices de evolución), útiles para la correlación y la ordenación de los niveles en la evolución de un sistema fluvial; en consecuencia también ha sido destacable el papel jugado por los paleosuelos como indicadores climáticos y cronológicos. Respecto al futuro, fuertemente condicionado por la evolución de las técnicas de datación (U/Th, 14C,CRN,...), se apuntan dos perspectivas principales: análisis de la evolución del relieve y la vertiente más aplicada de las relaciones suelo/paisaje. 

Procesos 

Los estudios de procesos geomórficos han experimentado un crecimiento considerable, coincidente con la tendencia internacional. Dicho avance que aquí se destaca integrado en muchos de los artículos temáticos, se manifiesta paralelamente a las investigaciones de nuevas áreas. Se orienta a la aplicación de diferentes técnicas encaminadas sobre todo a la cuantificación y modelización de los procesos. Son especialmente profusos en este tipo de datos el artículo sobre geomorfología fluvial y, sobre todo, el dedicado a vertientes y procesos de erosión, tema preferente en la Geomorfología española actual. Se destacan los estudios sobre erosión en áreas con cárcavas, relaciones entre la vegetación y la erosión, los efectos hidromórficos sobre el uso del suelo, y también las investigaciones sobre dinámica fluvial y paleohidrología. 

Aunque el interés por la Geomorfología de vertientes y procesos de erosión se remonta a los años ochenta, hoy día es con mucho el tema de estudio preferente entre los geomorfólogos españoles. Obviamente, en Levante y en el Sureste donde los problemas de erosión son más acuciantes, se concentran la mayoría de las investigaciones. La evolución y distribución de los mismos, su metodología y resultados son magníficamente expuestos aquí. Es indudable que este tipo de estudios que ha apostado por la cuantificación ha contribuido al desarrollo de una amplia metodología, sencilla o sofisticada: colocación de estacas en el suelo para estudios de reptación y solifluxión , microperfiladores topográficos para incisiones, pantómetros para perfiles de detalle, parcelas experimentales para la obtención de datos sobre escorrentía y producción de sedimento en diferentes cubiertas vegetales y usos del suelo, y cuencas experimentales cuando lo que se pretende establecer son balance de agua y sedimento y su modelización; también otros, más experimentales, realizados en laboratorio (meteorización de arcillas, efectos de la temperatura de los incendios forestales en la degradación de suelos) o mediante simuladores de lluvia. Entre los resultados más notorios se destacan los obtenidos en regiones acarcavadas que implican a la litología, a los contrastes térmicos y de humedad, a la escorrentía y a la sufosión; los que estudian las relaciones entre la erosión y la vegetación con derivaciones a temas como los incendios y las repoblaciones forestales; los trabajos sobre la variabilidad de la erosión en los campos de cultivo, del uso del suelo y los efectos de su abandono; sobre el estado de deterioro del suelo y su restauración; aportes de sedimento hacia los embalses, etc. En fin una notoria profusión temática, aparentemente dispersa que sin embargo a supuesto el avance más espectacular dentro de la Geomorfología española. 

Los avances en Geomorfología fluvial son igualmente notorios y han evolucionado hacia la cuantificación, ahondándose el estudio de relaciones entre procesos, de patrones de los canales, de la morfología de los sistemas fluviales modernos y pasados. Los progresos más importantes se han producido en conocimiento de las ramblas mediterráneas y en el de los torrentes de montaña, pero también se han abordado investigaciones sobre dinámica fluvial en cursos permanentes, tanto en sistemas meandriformes como en sistemas entrelazados o mixtos, en modelización y evolución de abanicos aluviales asociados a cambios climáticos o antrópicos e incluso relativas al transporte de sedimentos. Resultan especialmente interesante las investigaciones sobre paleohidrología que tratan de analizar y cuantificar los cambios hidrológicos a partir de depósitos aluviales y paleoformas. 

También en estos últimos años se han iniciado los estudios de los procesos ligados a zonas semiáridas orientados a su cuantificación. Los procesos de meteorización en este tipo de ambientes se han centrado en la cuenca del Ebro: sobre la tafonización de areniscas, la meteorización mecánica de materiales lutíticos, y especialmente sobre disolución en yesos, donde se han analizado los procesos intervinientes en modelos evolutivos de desarrollo de la carstificación como la disolución, el piping, la subsidencia y/o colapso. 

En el trabajo temático relativo al litoral se destaca el esfuerzo reciente en el campo de la dinámica costera que está prestando especial atención al transporte de sedimentos y a las modificaciones morfológicas como consecuencias directas del impacto demográfico; señala asimismo los escasos pero fructíferos estudios para cuantificar el flujo eólico de estos ambientes. 

Cartografía y aplicaciones 

El carácter cartográfico de la mayoría de los estudios regionales que ha promovido sin duda el desarrollo de los mapas geomorfológicos es señalado en este libro con un tratamiento exhaustivo y pormenorizado, aunque es de lamentar la poca atención que merecen aquellos otros ajenos al mundo universitario. La gran eclosión de mapas geomorfológicos básicos o aplicados de estos últimos años, promovidas o realizadas por otras instituciones publicas o privadas fuera de ese ámbito, apenas tienen una mínima referencia. 

El artículo que parte de un breve análisis histórico previo a la creación de la Sociedad Española de Geomorfología, contiene una extensa exposición regional del inventario cartográfico realizado en los últimos doce años por dicha sociedad, y una propuesta de Leyenda para el Mapa Geomorfológico de España. Como dato significativo habría que indicar que a lo largo de la última década asistimos aun descenso en la producción cartográfica, aunque por el contrario han aumentado el número de mapas publicados. Mientras que las tesis doctorales que tradicionalmente han constituido un marco importante de producción ya no lo son tanto, probablemente por la tendencia a temáticas más específicas; en este contexto se comprende que los mapas geomorfológicos sean cada vez especializados. La heterogeneidad de criterios, la ausencia de leyendas unificadas, una codificación gráfica deficiente y la escasa difusión son algunos de los problemas actuales con los que se encuentra la cartografía geomorfológica española. 

La Geomorfología aplicada tiene un tratamiento menor. No obstante, en todos los artículos temáticos casi siempre hay referencias a sus aplicaciones. Aparte, solo están muy brevemente señaladas aquellas que son más importantes: los Riesgos Naturales y el Medio Ambiente, aunque éste último específicamente orientado al Paisaje. 

Aunque el estudio de los Riesgos Naturales es una labor pluridisciplinar, no cabe la menor duda que la aportación de la Geomorfología es indispensable al estar relacionados con procesos geodinámicos. El arranque de este tipo de investigaciones es reciente pero su desarrollo ha sido espectacular. Existen líneas de investigación muy consolidadas: el estudio de los deslizamientos, orientado a la identificación de áreas inestables y a la preparación de mapas de suceptibilidad, peligrosidad y riesgo a partir investigaciones dirigidas al conocimiento de fenómenos concretos como los mecanismos de ruptura, y de la evaluación de la peligrosidad; los trabajos sobre colapsos en sustratos salinos y yesíferos realizados en la depresión del Ebro; la investigación sobre dinámica de aludes, centrada en el Pirineo, que ha desarrollado una metodología de prevención basada en su distribución, en los registros históricos y en el análisis de datos experimentales obtenidos en campo; y las prevención y protección de inundaciones basadas fundamentalmente en estudios hidrológicos y paleohidrológicos. Otros temas han sido objeto de estudio muy reciente, es el caso de las crecidas torrenciales que han despertado el interés general a partir del desastre de Biescas y de la erosión costera como consecuencia de los temporales marítimos ocurridos hace pocos años en el Golfo de Cádiz. 

La geomorfología aplicada al Medio Ambiente solo está representada por su vertiente paisajística. Se presenta como un interesante recorrido histórico que abarca las raíces mismas de los estudios fisigráficos en España con Hernández-Pacheco y Dantín Cereceda, la influencia de la geografía francesa donde destaca la figura de Tricart, el crecimiento de las ideas ecologistas, la geomorfología aplicada de las escuelas anglosajonas y, en fin, los estudios más explícitos realizados con la reciente expansión de la geomorfología en España. Concluye con que la Geomorfología cuya dinámica interfiere en el medio natural y condiciona la configuración de los paisajes, se presenta como su orientación más geográfica. 

En un artículo final se pone de manifiesto el balance de estos últimos veinte años de Geomorfología en España. Se destaca el extraordinario aumento de publicaciones y la incorporación de nuevas metodologías y líneas de investigación, y también, el papel fundamental de la Asociación Española para el Estudio del Cuaternario y de la Sociedad Española de Geomorfología en su promoción y difusión. El extraordinario avance de la Geomorfología a partir de 1980, paralelo al experimentado por la Ciencia española, se achaca a la creación de nuevos centros universitarios, la consolidación de grupos de trabajo, la aparición de nuevas revistas y a la incorporación de nuevos profesionales a este campo. Temáticamente destacan los trabajos sobre geomorfología litoral, en menor grado los dedicados al glaciarismo y ambientes fluviales, y más recientemente y coincidiendo con los problemas de desertificación y degradación ambiental, los estudios de erosión. 

El libro, que contiene más de 1.500 citas bibliográficas, casi todas relativas a aportaciones realizadas en las dos últimas décadas, es una estupenda e imprescindible base documental de referencia. Aunque adolece de falta de información relativa a trabajos sobre geomorfología aplicada y en general descuida todas aquellas iniciativas realizadas o promovidas por centros ajenos a la Universidad o al CSIC, es una obra de consulta necesaria y útil para cualquiera que se dedique a ésta o a otras actividades profesionales próximas. Constituye en definitiva una puesta al día, pero también un análisis profundo y minucioso de una especialidad científica consolidada y comprometida con los problemas derivados de la ocupación del territorio en España. 
  

© Copyright: Ángel Martín Serrano García, 2001.


lunes, 8 de junio de 2009

Caracteres geomorfológicos del sector occidental del macizo de Tigaiga (Tenerife)

Autor: David PALACIOS ESTREMERA

(Fragmento del texto publicado en:

http://revistas.ucm.es/ghi/02119803/articulos/AGUC8989110169A.PDF)

INTRODUCCIÓN
El macizo de Tigaiga es una acumulación volcánica que separa el valle de la Orotava del valle de Icod de los Vinos, en la fachada septentrional de la isla de Tenerife. El macizo tiene una forma trapezoidal, con paredes escamadas en sus cuatro bordes.
En el presente trabajo se estudian las características geomorfológicas del sector occidental, dejando para otras investigaciones la propiamente llamada «Pared Este de Tigaiga», con su sector costero (Playa del Socorro) y su área de cumbres (La Fortaleza-El Cabezón).
Las unidades geomorfológicas más características del sector estudiado quedan delimitadas con claridad. En primer lugar, una red de barrancos drena el dorso del macizo, adoptando diversas formas en relación con la erosión diferencial, las líneas estructurales y la erosión regresiva.
Los interfluvios que separan estos cursos muestran también una diversidad altitudinal por causas volcanoerosívas. 
La pared occidental del macizo ha sido prácticamente anegada por las lavas recientes, que descienden del Sur, procedentes de los conos adventicios del Teide.
La pared septentrional es, en realidad, un antiguo acantilado que alcanza los 400 m. de altura. Adosados a la base de este paleoacantilado, se extienden una serie de conos de deyección, fosilizando la antigua plataforma de abrasión. Estos conos han sido, a su vez, erosionados por el mar, formando un nuevo acantilado de 50 m. Esto ha permitido descubrir, entre el cono y la plataforma de abrasión, dos niveles sedimentarios marinos.

CONCLUSIONES

El macizo de Tigaiga, construido en las series II y III. ha sido remodelado en sus «cuatro costados» por la erosión, condicionada por factores volcanicoestructurales de diverso grado. que le dan un aspecto amurallado. Con la génesis de la Caldera de las Cañadas y Valle de Icod. se forma la pared meridional (Pared de las Cañadas) y la pared occidental (Pared de Guancha). La erosión, dirigida por las líneas de debilidad estructural, retoca la vertiente oriental (Pared de Tigaiga) o acantila el frente septentrional (palcoacantilado).
Igualmente, los mismos condicionamientos están dirigiendo el sistema de drenaje interno, que se elabora sobre el dorso del macizo, a través de una serie de barrancos, en distinto grado de evolucion.
Este proceso, que fue iniciado en el Pleistoceno Medio (hace 0.67 M. A. según Abdel Monen, 1972 o hace 0,69 M. A. según Carracedo, 1979), permanece desconocido en sus detalles concretos~. Sólo podemos aproximarnos a sus últimos acontecimientos, gracias a los materiales sedimentarios que se han conservado sobre una plataforma de abrasión marina, ahora colgada sobre el nivel de las aguas. al pie del antiguo acantilado. Sin embargo, los datos obtenidos son todavía muy relativos, pues sólo se basan en observaciones altimétricas. Hemos utilizado como puntos de referencia los trabajos de síntesis de los paleoclimas africanos (Biberson, 1971 y Beaudet, 1971) y de los canarios (Meco, 1977 y Yanes, 1985).
1. El resto más antiguo observado en este sector litoral lo constituye la plataforma a + 8.2 m. de San Juan de la Rambla, datada por Zeuner (1958) en el Rabatiense. como ya hemos citado.
2. Una regresión posterior, seguramente contemporánea al presoltaniense, permite, al retirarse el litoral, la movilización eólica de las arenas de playa, acumulándose en las oquedades costeras. Algo parecido a lo que ocurre actualmente en Antequera, al SE de la isla.
3. Posteriormente, en una transgresión, se arrasa la duna junto con los traquibasaltos y el Mortalón, y se deposita una playa, en sectores arenosa, en otros de callao, a -1-5 ni de altura actual. Por su altimetría, puede considerarse del Ouljiense.
4. Hay muestras de un nuevo período regresivo, tanto en la Playa de los Terreros como en la Playa de las Aguas, coincidiendo con mayo res precipitaciones; se depositan sedimentos sobre la paleoplaya, que muestran una actividad frecuente en los barrancos.
5. Con las observaciones señaladas en los sedimentos próximos al dique de la desembocadura de Rambla de Ruiz, se puede deducir algunas consecuencias:
a) El barranco acabó incidiendo en su cauce y erosionando los materiales antes citados.
b) Con una nueva transgresión, el mar vuelve a penetrar: ahora formando una bahía de inundación y depositando un nuevo nivel de playa a + 2,2 m. Tiene una altura similar a la paleoplaya del Tachero datada en 18.000 BP y por tanto Intrasoltaniense (García Talavera,
Kardas y Ricbards, 1978).
c) Posteriormente, tras unos aportes aluviales, ya en situación regresiva, hay señales de un clima árido en el que se desprenden los bloques del dique, taponando al antiguo cauce y sin ser removidos.
d) A este período le sucede otro con más precipitaciones, donde el agua, que recorre generosamente el barranco, forma un nuevo canal a costa de los prismas fonolíticos.
6. Con posterioridad, llega la crisis climática causante de la deposíción de los extensos conos que cubrieron la base del paleoacantilado. Como ya se ha estudiado en otros lugares de la isla, las características de estos depósitos se corresponden con una situación rexistásica y violentas precipitaciones esporádicas, coincidiendo con una regresion marina que permite el asentamiento de estos depósitos (Criado y Yanes. 1983. por ejemplo). Nos encontramos en los finales del Soltaníense.
7. Este proceso se paraliza, al adquirir más importancia la deposición de coluviones, que cubren, en parte, a los conos. 
8. Durante la transgresión Mellahiense se acantilan los conos.
9. La colada que recorre el Barranco de Chaurera y cubre su cono, ya acantilado, está fosilizada a su vez por las coladas del Pico Cabras. Calculamos, por tanto, su edad entre los 6.000 y 3.000 BP aproximadamente. Esta colada ha sido excavada, ya en el holoceno, por las aguas del barranco, formando la Rambla de San Juan. A partir de este momento. se han depositado nuevos aluviones en dos niveles + 13 m. y + 7 m., frente a el único nivel de la Rambla de Ruiz (+ 20 m.).
Estas conclusiones pueden servir de aproximación a la complejidad del problema de los paleocli¡nas del cuaternario reciente en este área, en espera de obtener muestras que permitan unas dataciones más exactas.